Entre balcones floridos y paisajes montañosos, Berruecos cautiva con su historia y arquitectura colonial en el corazón de Nariño.
Un pueblo con historia y esencia colonial
Ubicado en el municipio de Arboleda, en el departamento de Nariño, Berruecos se destaca como un destino imperdible para quienes buscan desconectarse del ritmo urbano y sumergirse en la tradición colombiana. Con más de 160 años de historia, este pueblo es conocido por su arquitectura colonial, sus calles empedradas y sus emblemáticos balcones de madera adornados con flores, que le han valido el título de “el pueblo italiano de Colombia”.
Fundado el 25 de noviembre de 1859 por el padre Jaime Montero, Berruecos conserva su identidad con un ambiente apacible, casas coloridas de tejados de barro y un clima templado que invita a recorrerlo sin prisa. Su riqueza cultural y patrimonial le valió el reconocimiento como monumento nacional y reserva arqueológica en 1971, según el Ministerio de Educación de Colombia.
¿Qué hacer en Berruecos?
Este destino ofrece una combinación de historia, naturaleza y tradiciones, ideal para viajeros en busca de experiencias auténticas.
- Explorar su arquitectura colonial: Las casas de fachadas coloridas y balcones floridos reflejan la esencia de Berruecos y transportan a otra época.
- Disfrutar de su entorno natural: Rodeado de montañas y paisajes exuberantes, el pueblo es perfecto para el descanso y la conexión con la naturaleza.
- Sumergirse en su cultura: La calidez de sus habitantes y sus relatos convierten cada visita en un viaje en el tiempo, donde leyendas e historias cobran vida.
¿Cómo llegar?
Desde la Terminal de Transporte de Nariño, se puede tomar un bus hacia Berruecos, ubicado a 72 kilómetros al norte del departamento. El trayecto dura aproximadamente dos horas y media. Para quienes viajan desde Bogotá, la ruta aérea hasta Pasto es la opción más rápida, mientras que por tierra se recomienda planificar con herramientas como Google Maps.
Berruecos es una joya escondida de Nariño, donde el tiempo parece detenerse y la historia se respira en cada rincón. Un destino imperdible para los amantes del turismo cultural y la arquitectura colonial.