La historia de la localidad de Berrotarán, en Córdoba, se remonta más allá de la fecha que se toma como fundacional que es el 23 de noviembre de 1913, ya que el primer asentamiento estaba a unos kilómetros al norte, en el paraje llamado Corral de Piedras. Pero, ante la inminente llegada del tendido del ferrocarril y la donación de terrenos por parte de la familia Berrotarán para que se enclavara la estación, aquellos habitantes se volcaron al incipiente pueblo entre los años 1911 y 1913.

La zona, agrícola y ganadera por excelencia, comenzó a tener un perfil distinto: las antiguas grandes estancias comenzaron a dividirse y nacieron las chacras de los primeros colonos. Los dos aspectos, ferrocarril y colonización agrícola, le dieron impulso a lo que sería luego esta localidad.

El crecimiento del pueblo

Y llegaron más pobladores y aparecieron los negocios. La primera panadería y almacén fue la de Juan Basso. Sus descendientes continuaron la actividad. Antonio Culasso tenía almacén de ramos generales; Ángel Pauttaso, una fonda; don Landini, la sodería; Carlos Sacco, un boliche; Belisario Ciacci y Francisco Vanderhoeven, un almacén de ramos generales.

Si bien la estación Berrotarán del Ferrocarril Central Argentino quedó habilitada el 20 de junio de 1913 y el primer tren de pasajeros pasó el 24 de junio del mismo año, se tomó como fecha para celebrar el aniversario el 23 de noviembre.

El pueblo comenzó entonces a crecer. En 1936 nació una institución de relevancia para el desarrollo social de Berrotarán: la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, que en 1944 vio colocar la piedra fundamental de lo que sería la sede social. El objetivo de esta asociación era la promoción y realización de ayuda mutua entre los más de 100 asociados.

El 16 de agosto de 1937 la Provincia crea por ley el Juzgado de Paz, debido al crecimiento demográfico del poblado.

Hubo otro hecho que marcó un hito en su evolución. Fue al comienzo de la década del ’40, la instalación de una fábrica de aceite –propiedad de los señores Bruno, Kohen y González– que paró sus máquinas en 1994 y que en sus años de apogeo dio trabajo a un centenar de personas y fue motor del desarrollo económico del pueblo.

Nicolás Manuel Berrotarán

Nicolás Manuel Berrotarán nació en Córdoba capital en 1851. Fue un abogado de fuerte raigambre católica, presidente del Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba, creador del Registro Civil de la Provincia, catedrático de la Universidad Nacional de Córdoba, integrante de la Cámara Federal de Apelaciones y vicegobernador de la provincia en los años 1901 a 1904 en representación del Partido Autonomista Nacional, entre otras actividades públicas.

A principios del siglo pasado, este abogado ilustre que en su infancia correteó sus llanos y lomadas, cruzó sus ríos y arroyos, decidió donar tierras con el objetivo de que allí se instale la estación de tren. Como sucedió en distintos puntos del país, a partir de ésta fueron construyendo casas y formando una comuna lo que marcó un antes y un después en el desarrollo de la zona.

Visitaba su hogar frecuentemente el cura gaucho José Gabriel Brochero y mantuvo un nutrido intercambio epistolar con amigos suyos de la talla de José Manuel Estrada, Achaval Rodríguez, Rafael García y Pedro Goyena, entre otros.

Realmente una verdadera figura en el mundo de la política y la justicia. De hecho, la plaza principal lleve el nombre «Saturnina Garzón de Berrotarán«, madre de quien donara estas tierras.