«Dibujar es un hobby para mi desde muy chica. No me fui a ninguna academia de arte, siempre fue por diversión», comentó Carla de 25 años. A los 16, estudiaba ingles en un instituto, su profesora la vio dibujando y le pidió hacer un dibujo en el patio. Esa fue su primer experiencia en el muralismo.

La pandemia hizo que se instale en Bella Vista. Ahí se encontró con la oportunidad de volver a dibujar un mural. «Mis vecinos de la cervecería Bella Birra me preguntaron si me animaba a hacerles un mural y bueno ahí me puse manos a la obra», recordó.

La oportunidad de dejar la huella en la playa

Carla está muy agradecida por esta oportunidad de poder colaborar con mejorar un poco la visual de uno de los centros turísticos de la localidad. «Me gusta que se de la oportunidad a gente joven con nuevas visiones, que se abran estas puertas es muy importante para que muchos chicos bellavistense sientan que van a ser escuchados», expresó.

En cuanto al diseño del mural, contó que lo único que se le pidió es que se respete la paleta de colores de la gestión. «El diseño es abstracto. Quiero que la persona que lo vea le de el significado que sienta», detalló. Además, agregó que busca generar dinamismo. «Fue mi oportunidad de combinar mis dos pasiones el dibujo y el diseño digital», mencionó la joven, quien afirmó haberle mostrado tres propuestas a los responsables.

Sin embargo, este trabajo iba a ser imposible sin la ayuda de su familia y sus amigos Rosana, Jorgelina, Guillermo, Horacio y Florencia. Carla manifestó que cuando pidió colaboración estuvieron desde el primer minuto.