«Hicimos un viaje al Parque Nacional en Mburucuyá, y ahí, el guardaparques nos decía que esa ave está en peligro de extinción, nos contó las características del pajarito, volvimos a San Roque y ya en clases, les mostré a los estudiantes fotos de algunos ejemplos de aves que están en peligro de extinción y en esa charla uno de ellos contó que había visto a la «Monjita Dominicana» pasando por Mantilla, le sacó una foto (esto era en verano de 2019). Luego de ese descubrimiento, coordinamos para ir a mirar, llevamos los binoculares, monoculares, nos fuimos un poquito mejor equipados. Una, dos, tres veces y no lo encontrábamos hasta que en el cuarto recorrido por fin lo detectan los alumnos en la estancia San Sebastián, cerca de lo que llaman paso Paloma, una zona de esteros, pastizales y pajonales. Luego, llegó la no presencialidad escolar y en el año pasado volvimos y encontramos machos y hembras de esta ave. Andaban en grupos y parejas», relató el profesor.

«Después, surgió la idea de que esto pueda salir de la escuela y que sea útil para la comunidad. Entonces, unos biólogos de Corrientes que siempre nos ayudan, nos propusieron acompañarnos en la elaboración de materiales para lograr que la especie esté protegida. Armamos todo con ellos, con los investigadores de la universidad y el jueves fuimos a presentar la propuesta al Consejo Deliberante para que la declarasen monumento natural de la ciudad», explicó.

Además, el profesor comentó que durante la sesión ordinaria del H.C.D., los alumnos dieron una charla con material audiovisual armado por ellos, junto a videos grabados por los profesores de la UNNE.

Sobre la importante labor docente y la proyección de este logro a futuro, Leonardo Amarilla indicó: «Yo soy docente. Osea que todo lo que yo hago tiene que estar apuntado hacia los estudiantes y entonces lo que yo trato de hacer en todo momento es que las investigaciones guíen las investigaciones de los alumnos, involucrarlos en este tipo de actividades para lograr una mirada con conciencia del cuidado, protección y la valoración del patrimonio natural».

«Con esta declaración del Gobierno local, esa especie va va a ser una prioridad para nosotros, para todos los años porque hay mucho por conocer. Hay que buscar tal vez en otros lugares también, y entonces el año que viene seguramente con otro grupo de chicos, porque los que ahora trabajaron ya van a egresar, vamos a adecuar, diagramar una metodología y con los investigadores que seguramente nos seguirán acompañando», explicó.

Relacionado con este acompañamiento de destacados investigadores y profesores universitarios que tiene la Institución en la que trabaja el profesor Amarilla, encontramos la razón por la que el laboratorio de la escuela Normal «Juan García de Cossio» lleva el nombre «Dr. José Bechara».

«El Doctor José Bechara, quien ya falleció lamentablemente, le había ayudado a los chicos que en el 2005 se fueron a Estados Unidos y Suecia. Siempre tenemos contacto con la universidad, con investigadores, porque nosotros acá los profes biología en la escuela enseñamos, pero siempre necesitamos tener un pie en la universidad, porque ahí es donde logramos el toque de calidad que necesitan este tipo de trabajo y entonces en ese momento, el doctor Bechar nos había dado una gran mano. Entonces, cuando surgió el tema del nombre del museo nos pareció muy lindo poder devolver ese apoyo, y de ahí que el laboratorio lleva su nombre».