Marina Esains: la volante central del Tomba que le mete una plancha al machismo

La jugadora trabaja en la Comisión de Mujeres del club Godoy Cruz y su objetivo es que en 2021 el fútbol femenino mendocino comience a crecer.

Marina Esains es una aguerrida volante central de 21 años que juega en Godoy Cruz Antonio Tomba en la Liga Mendocina, pero además tiene un papel importante en la vida de la institución, ya que trabaja en la nueva Comisión de Mujeres del club.

“Queremos lograr que cada mujer vinculada a este club tenga un espacio seguro para sus derechos y la protección ante casos de violencia o abusos. Además queremos realizar acciones que en un futuro se puedan articular con comisiones de otros clubes e instituciones deportivas para realizar campañas que lleven la igualdad a cada sede. No solo en cuanto a lo deportivo, sino también en la parte social”, aseguró.

Las diferencias y los abusos que le tocó ver hicieron que se movilizara y comenzara a pelear “desde adentro” del mundo del fútbol buscando igualdad y protección: “Necesitamos gente que se involucre, porque opinar o prejuzgar desde afuera nos quita experiencias y posibilidad de conocer otras cosas importantes. Más allá de empatizar con las problemáticas que atraviesan al fútbol femenino, es valioso que se vea su esencia en el ámbito de la mujer”, asegura.

Marina, junto a la Comisión de Mujeres trabajan para las jugadoras y las socias del Tomba.

Para Marina la actualidad del fútbol femenino tiene que ver con la falta de compromiso de mucha gente: “Hay un interés por el fútbol femenino, que también llena estadios. No en la magnitud de los varones, pero convoca. Se sabe que el femenino no es considerado rentable. Ante esto, el femenino no llega a su auge por la falta de compromiso de sponsors, clubes, medios locales, instituciones educativas y gobiernos. No es que el fútbol femenino no triunfa porque las jugadoras son rústicas, sino que hay otros muchos factores”.

El fútbol femenino es dejado de lado por los clubes y eso genera que las chicas no tengan una formación en divisiones inferiores como los varones: “Da bronca que tengamos que aprender a jugar en la calle porque no hay inferiores o infantiles. Esto es parte también del fundamento del porqué estamos tantos pasos atrás del fútbol masculino. Hay una falta de compromiso muy fuerte; en las escuelas, el fútbol sigue siendo para los varones. Es hipócrita decir que vivimos en un país futbolero cuando en realidad lo único que conocemos es el fútbol jugado por hombres. El fútbol femenino avanza gracias al feminismo, pero sabemos que habrá un mayor impulso cuando los varones empiecen a ceder privilegios”, añadió.

La estudiante de kinesiología espera que el año que viene la Liga Mendocina de Fútbol apueste un poco más por el fútbol femenino: “Espero que el año que viene la LMF esté a la altura, con las competencias, los equipos, las posibilidades a nivel federal. Pero hay que considerar las condiciones de los clubes para afrontar un campeonato, tras un año de pandemia. Jugar en Godoy Cruz es un privilegio, pero hay clubes donde ellas deben pagar los gastos que involucra participar en un torneo oficial o una cancha para entrenar porque no cuentan con una».

«Además, las mujeres no cobramos un sueldo por jugar. Hay madres, estudiantes, trabajadoras que se entrenan haciéndose el tiempo con sacrificio y además ¡pagan para poder jugar! Esto es lo que las instituciones deben considerar y lo mínimo que se espera es un torneo organizado, protección para las jugadoras en los clubes, con espacios cómodos, seguros y controles médicos y otras garantías», agregó.

Marina y algunas compañeras de Godoy Cruz tuvieron que vivir situaciones de las cuales no tiene permitido hablar por un tema legal, pero tiene que ver con violencia y abuso dentro del mundo del fútbol: “Hay cuestiones legales en curso y no estoy habilitada a hablar al respecto. Pero hemos tenido situaciones de violencia y hay acusaciones a entrenadores. Desde lo dirigencial se lo apartó, porque no hubo una denuncia formal de por medio. Desde nuestra parte, actuamos en darles apoyo a nuestras compañeras e impedir a que esto se repita. Por suerte el club actuó, desvinculó a estas personas involucradas y nos aseguró estar a salvo y lejos de todo contacto con aquella persona».

Contenido provisto por: Rodrigo Olmedo