El delantero puntano Nicolás Gatto tiene una gran admiración por el superhéroe Batman y colecciona todo su merchandising. Tal es así, que durante su estadía en el fútbol mendocino sus compañeros lo apodaron como su personaje favorito.

Producto de este fanatismo, Nicolás tiene un canal de Youtube llamado Ciudad Gótica, a través del cual canaliza su amor por el personaje y lo comparte con otros seguidores.

Pero esta vez, la atención de sus fans la logró a través de Instagram. En las últimas horas, se encontró con otro gran ídolo del fútbol mendocino en un live: Juan Alejandro «el Cachorro» Abaurre.

Ambos compartieron un plantel que será histórico para Gutiérrez Sport Club, como lo fue aquel que disputó el Torneo Federal A 2016/17 y que llegó a instancias finales con mucho trabajo, pero también mucho sacrificio y sorteando situaciones adversas e insólitas.

Batman fue el goleador de aquel equipo Celeste, mientras que el Cachorro era el Director Técnico. Su reencuentro en vivo captó el interés de muchos hinchas gutierrinos, pero también otros tantos de Godoy Cruz, quienes admiran al Cachorro por su enorme aporte futbolístico a la rica historia del club Bodeguero.

Anécdotas, gastadas y mucha nostalgia por aquel campeonato histórico fueron los temas centrales de su charla. Sin embargo, Gatto se animó a preguntarle al entrenador por su relación con el Tomba y la cuenta pendiente en la dirección técnica del equipo, que actualmente juega la Superliga.

«Todo mi prestigio como jugador se consagró con la camiseta de Godoy Cruz, pero como entrenador nací, me fui formando y me consolidé en Gutiérrez. Ese torneo 2017 será sin dudas inolvidable para todos. Estoy convencido de que teníamos todas las condiciones para jugar la final», contó Abaurre.

Recordemos que aquel Gutiérrez sufrió una eliminación en cuartos luego de un polémico cruce a puertas cerradas en la ida y con arbitraje polémico en la vuelta. Además, un fallo del tribunal de disciplina de por medio y otras cuestiones extrafutbolísticas.

Entre las cosas más curiosas que vivieron aquella vez, hablaron de un viaje de regreso a Mendoza desde Formosa. El colectivo se estropeó y la delegación debió pasar varias noches en la ruta. Desde que emprendieron el viaje de ida, hasta su llegada, transcurrió una semana. Allí ocurrieron decenas de pequeños percances que hoy recuerdan con humor.