Pablo Castro transita su segundo mandato como Intendente de la localidad misionera de Santa Ana, no sin sobresaltos. En su primera experiencia sufrió la falsificación de su firma para intentar removerlo del cargo, y en el 2020 -apenas iniciada una nueva gestión- sobrevino la pandemia de coronavirus. Sin embargo, el jefe comunal se apoya en los vecinos, que lo respaldaron en la calle y en las urnas en 2015 y 2019.

En diálogo con Noticias d, Castro recordó: «Cuando me tocó reemplazar al entonces destituido «Coco» Rodríguez me acuerdo bien que me senté y pensé ‘¿hago lo que me dicen que tengo que hacer o hago lo que mis padres me enseñaron?’. Opté por lo que mis padres me enseñaron y eso llevó a que me destituyan y me saquen del cargo al año».

La ciudad no tiene casos activos de COVID 19 ni fallecidos y en general tuvo pocos contagios desde que llegó el virus. De hecho, gracias a la ayuda de Nación, «permitió que la economía del pueblo siga funcionando», y logró una muy buena recaudación, que permitió hacer obras públicas con fondos propios. Además, hace pocas semanas, Santa Ana recibió la visita de la primera dama, Fabiola Yañez.

Gestión en pandemia

«Tuvimos dos meses bastante complicados durante la cuarentena y después la provincia arrancó. Comenzamos a trabajar con todos los protocolos y cuidados. Tengo que destacar la ayuda que obtuvimos desde la Nación a aquellas personas que por ahí no tienen un trabajo formal. Debimos reinventarnos para lograr hacer las obras y estar cerca del vecino«, aseguró el Intendente a Noticias d.

Por otro lado, destacó la visita en enero de la Primera Dama, quien hizo de nexo solidario con la empresa Tabay S.A. para que realice una perforación que dará agua potable a más de cien familias y la Escuela Provincial de Educación Técnica Nº 19, con 200 alumnos: «La obra está por comenzar, tenemos turno de perforación para marzo, y estamos muy contentos por lo que va generar».

El barrio beneficiado es relativamente nuevo y con esta perforación, las cuatro manzanas y la escuela quedarán con el servicio de agua corriente constante. «El agua de Misiones es muy buena porque nosotros tenemos la particularidad de estar cerca del Acuífero Guaraní. Hoy los vecinos el agua que obtienen es lo que podemos llevar desde el municipio con camiones y tractores», detalló Castro.

El año pasado hubo varias complicaciones con el agua porque la toma que existe para abastecer al pueblo data de la década del ’80 y están en plena gestión para renovarla. Encima, en enero se quemó la bomba de extracción. «Vivimos una época muy difícil pero por suerte ya tenemos normalizado el servicio, y estamos planificando para que el próximo verano no nos agarre de esta manera», explicó.

Obras y sueños

El Intendente enumeró algunas obras que pudieron realizar en 2020, como un salón nuevo en la Municipalidad para las oficinas de recaudación y licencias, la ampliación del SUM, cuatro cuadras de empedrado con vereda y un paseo ecológico, entre otros proyectos. De hecho, en diciembre el gobernador Oscar Herrera Ahuad visitó la localidad cuando se inauguraron algunas de las obras.

«El paseo tiene un significado más social porque era un lugar del pueblo donde la gente llevaba toda la chatarra y se juntaban jóvenes a drogarse y tomar. Nosotros lo recuperamos llevando la infraestructura del Estado, senderos peatonales, luminaria, juegos, una cancha. Eso nos permitió comenzar a trabajar con el Área de Prevención de Adicciones para sacar a esos chicos de la droga«, dijo.

Castro comentó que antes de asumir el pueblo contaba solo con una plaza y ahora tiene seis, una por cada año de gobierno: «La plaza es el único lugar donde los chicos pueden soñar, y si uno sueña, puede cumplir esos sueños. Y mi sueño es devolverle el puerto a Santa Ana. Con la hidrovía funcionando en Misiones, se reduciría prácticamente el 50% de los costos de todos los insumos que llegan a la provincia».

Y agregó a Noticias d: «El puerto de Santa Ana fue el ingreso de los primeros pioneros misioneros que pisaron tierra colorada y fue por donde salía toda la yerba y el tabaco de la provincia hasta que llegó Yaciretá y cerró el río. Hoy se están dando las condiciones para que ese puerto vuelva a funcionar y ser el atractivo económico impulsor de muchas cosas para el pueblo y la provincia».

De jardinero a Intendente

El jefe comunal, integrante del Frente Renoavador de la Concordia dentro del sublema Construyendo Futuro, tiene una actividad primaria, que es la jardinería. «Aprendí a ser jardinero en Buenos Aires, a los 18. Me mudé en los ’90 cuando acá en Misiones estaba todo muy complicado. Trabajé una década allí y después volví. A los tres años encontré a mi esposa, que me cambió la vida«, relató Castro emocionado.

La jardinería y la familia son el cable a tierra, su mujer y sus tres hijos de 5, 9 y 12 años. Además el Intendente visita a sus padres los fines de semana, que «ya están mayorcitos», precisó y completó: «Mi madre me recibe y me da mi propio termo y mate y me dice que nos tenemos que cuidar del coronavirus y tienen razón. A veces nos cansamos, bajamos los brazos y ahí es cuando realmente este bicho comienza a actuar».

Castro recordó que entró en la política «para llenar una lista», pero tras ocupar el cargo de Intendente interino resolvió seguir trabajando y recorrer el pueblo buscando cosechar voto por voto: «Cuando ya no tenés la caja, tenés que ir golpeando puertas casa por casa y explicándole al vecino qué es lo que querés hacer por el pueblo».

En diálogo con Noticias d el Intendente valoró el respaldo popular: «Que el vecino te apoye con el voto es algo grandioso. Volví con los votos y desde ahí sigo trabajando con todas las ganas y la fuerza, pero sobre todo con los valores que me enseñaron mi mamá y mi papá. Creo que eso es lo que me llevó a ganar».