Escuela Municipal de Arte “Eduardo Andreussi”: se celebra un nuevo aniversario y hablamos con su director Aníbal Eliecer Lagos

Aníbal Eliecer Lagos se refirió a sus comienzos, recordó anécdotas y habló sobre la importancia de su familia.

Este fin de semana la ciudad estará de fiesta ya que este domingo 8 de mayo se celebrará un nuevo aniversario de la Escuela Municipal de Arte “Eduardo Andreussi” y, si hablamos de personalidades destacadas, no podemos dejar de nombrar a Aníbal Eliecer Lagos, quien está a cargo de la institución.

Eliecer Lagos nació el 9 de agosto de 1988, en Villa Regina, y 10 años después, sabría que ser músico iba a ser su proyecto de vida. “Mi carrera musical comenzó de casualidad: recuerdo que en el año 1998 paseaba con mis padres por los stand de la fiesta de la vendimia y vi un artista pintando cuadros solo con sus dedos y eso fue suficiente como para que comenzara mi interés por el arte”, recuerda quien es hoy director de la Banda Municipal “Romandino Grossi”, en diálogo con Noticias D.

“Por lo tanto mis padres me llevaron a conocer la Escuela Municipal de arte Eduardo Andreussi. Sin embargo, no había cupo para un taller de pintura, pero sí de coro infantil. Así que, mientras buscaban un profe de pintura, ingresé al coro infantil municipal, bajo la dirección de Norberto Ugarte. Coro que despertó aún más mis intereses artísticos y, desde ahí, es que concurro a la Escuela Municipal de Arte”, revela.

A la hora de cumplir los sueños, hay muchas personas que tienen un camino allanado y otros que no. En este último grupo ingresó Aníbal. “Cualquier camino hacia el sueño de uno está lleno de sacrificios. En mi caso comencé a formarme profesionalmente mientras estaba en el secundario. Me tocaba salir de la escuela y viajar a General Roca. Entre la cursada y el viaje estaba todo el día fuera de casa. Eso implicaba soportar frío, lluvia, viento, toda la naturaleza en contra, pero el fin era genial, estudiar música. Si tuviera que nacer otra vez, volvería a hacer todo eso porque todo eso ayudó a fortalecer mi carácter y compromiso con mi profesión”, asevera.

Más allá de las ganas y de luchar contra viento y frío (literal) para cumplir su sueño, Aníbal considera que su mayor logro fue “poder dedicarme plenamente a la música. Es un camino difícil pero no imposible. Educando, tocando, dirigiendo. Es realmente un placer. Luego están los logros que la misma profesión te generan de forma natural, como por ejemplo compartir escenario con Pipi Piazzolla (nieto del gran Astor Piazzolla), tocar en uno de los mejores teatros que existe que es el CCK, en Buenos Aires, ser dirigido por importantes directores. Por más pequeño que sea el detalle, lo considero un gran logro para mi”.

Con respecto a los pilares de su vida, el director de la Orquesta del Bicentenario de Villa Regina cuenta que los que “siempre estuvieron presentes fueron mis padres. Ellos siempre me dieron la oportunidad de aventurarme en esta carrera. Somos de una familia humilde que siempre la peleó. Y ellos dieron hasta la última moneda para que viaje”.

Y agrega: “En cuanto a lo académico, tuve la suerte de tener un excelente docente de música en la escuela secundaria: David Castillo, un docente que potenció los talentos de todos sus alumnos. También una persona que me dio la oportunidad enorme fue el director de orquesta Facundo Agudín, es mi educador en dirección orquestal y quien me abrió las puertas a la Orquesta Sinfónica Patagonia, de la Universidad de Río Negro”.

No se quiere olvidar de nadie y aclara que, “sin dudas hay mucha gente que es parte de mi crecimiento. Sin dudas también esta en esta lista Martín Fraile, director de la Orquesta Filarmónica de Rio Negro, él es una persona que apoyó todos mis proyectos. La vida al avanzar te va presentando siempre nuevos agentes regeneradores de esperanza y apoyo, actualmente mi pilar fundamental es mi familia, Marisel mi pareja y gran fotógrafa, Alexis, Bianca e Iván, mis hijos que me obligan a ser creativo constantemente. A cada uno de ellos siempre les estaré agradecidos”.

En medio de una extensa carrera, es casi imposible no tener anécdotas que quedarán en el recuerdo. En este caso, Aníbal recuerda cuando estaba en sus “primeras clases en la Banda Municipal Romandino Grossi, intentando hacer sonar el instrumento que me asignaron, bombardino barítono. Me era un tanto complicado hasta que llegó al aula un músico interprete de Tuba, Atilio Stelzer, un señor mayor en ese entonces, se me quedó mirando y me dijo: “¿Puedo darte un consejo? intentá con esta técnica». Me dio un par de indicaciones y fue suficiente para comprender el funcionamiento de los instrumentos de estas características. De ahí en mas, quedó registrado en mi la importancia de ser claro y una influencia positiva con quien te rodea”.

“Recuerdo estar a pleno con varias actividades, dirigiendo la orquesta del bicentenario, giras y conciertos con Filarmónica de Rio Negro, muchos proyectos con alumnos. De repente, una enfermedad muy fuerte me impidió poder caminar por mucho tiempo. El dolor solo me hacía pensar en “¿cuándo volveré a tocar?». Aún así pasaba algo mágico. En medio del dolor, tomaba mi instrumento, tocaba y me olvidaba de todo. Era lo único que me hacía olvidar la incomodidad de no poder estar de pie, de la fiebre, o de cualquier dificultad”, comenta Aníbal, sobre uno de los momentos más complejos y delicados de su vida.

“Creo que tengo como objetivo dejar el ejemplo de que no importa de dónde vengas, lo que tengas o no tengas, como sos o lo que fuese. Todo el mundo tiene derecho a ser feliz siendo artista. Por lo tanto me propongo hacer lo posible para que quien lo desee, pueda experimentar vivir del arte. Ya sea pintando, bailando, cantando, tocando algún instrumento… Vivir del arte es posible. Formarse en nuestra ciudad para alcanzar ese objetivo es posible”, incentiva a quienes lo lean en esta nota.

“¿Cómo te definirías en pocas palabras”, pregunta Noticias D. “Creo que la gente me ve como un soñador loco compulsivo. Esto es por el simple hecho de que me comprometo a pleno con mis proyectos y no descanso hasta verlos realizados”, explica.

“Soñar, planificar, trabajar en equipo y realizar. Esto es más fácil cuando uno busca pares que compartan la misma pasión”, remarca, sobre la fórmula del éxito

Y añade: “Creo que mi mayor virtud es el saber escuchar. Siempre estoy dispuesto a ser un oyente para quien lo necesite y, si es posible, dar un buen consejo”, al contrario, “mi mayor defecto tal vez es el tratar de cargar solo las cuestiones conflictivas de mi vida. Debo aprender del arte del desahogo, tal vez esa sea la solución”.

Aníbal es una persona con todas las letras y su amor por la familia es enorme. “Recibo distinciones cada vez que finalizo una gira y es entregada en casa, pero en forma de abrazos”, responde.

Antes de terminar la entrevista, no se podía dejar de preguntarle por sus proyectos. “Hay muchos en puerta. Con la banda Municipal Romandino Grossi estamos preparando un repertorio actualizado para los festejos de nuestro 90 aniversario que interpretaremos en noviembre, junto a Filarmónica de Rio Negro. Con la Orquesta del Bicentenario tenemos proyectos de conciertos didácticos para la comunidad de nuestra ciudad. Personalmente siempre tengo en puerta la re-inauguración de la Filarmónica de Villa Regina; es hora de hacer un abrazo cultural donde todos podamos unirnos y hacer cultura”, finaliza.

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