Obras que transforman

Se realizó la inauguración de una conexión vial con espacios de estar, arte y entretenimiento.

Una puesta en valor de un no lugar cuya inversión asciende a $50.000.000. La cicatrización de un sector de la ciudad que salda una deuda pendiente con los vecinos de los barrios Don Pedro y Nuevo.

El sentido de pertenencia primó mucho antes de la habilitación de las mejoras. La alegría de los vecinos dio marco al encuentro en el que el Intendente Dionisio Scarpin junto al Senador Orfilio Marcón, el Presidente del Concejo Municipal Martín Ponticelli y la Secretaria de Obras Públicas y Planeamiento Territorial Gisela Acosta abrieron el paso a la circulación entre las nuevas calles pavimentadas de los barrios Don Pedro y Nuevo con el sector oeste de la ciudad.

“Estas mejoras, que impactan en la calidad, la seguridad y la salud de los vecinos, fueron posibles gracias a una administración municipal eficiente y responsable, y al Gobierno de Santa Fe, tanto a la gestión de Miguel Lifschitz como a la actual”, agradeció el mandatario.

Las obras

Desde el punto de vista de la ingeniería, esta obra vial puede considerarse, en la ciudad, una de las de mayor complejidad, modernidad y salto artístico innovador.

Se trata de la conexión vial, por debajo de un importante puente ferroviario, que se asfaltó recientemente junto a una gran cantidad de arterias que confluyen en ese sector. Además, la obra comprende una rotonda distribuidora del tránsito, un tramo más de bicisendas, parques, terrazas verdes, murales e iluminación, entre otras mejoras.

La intervención comprende más de 16.000 m² de pavimento, entre calles y la rotonda. Hay iluminación con columnas altas y bajas en casi todo el polígono y el refuerzo de algunos sectores.

En la construcción de una ciudad más inclusiva y sostenible, este nuevo espacio llama ahora a una mejor accesibilidad, un orden en el tránsito, con más iluminación y, por tanto, más seguridad. También, al entretenimiento y ocio de los más chicos, con la creación de un parque con juegos y entretenimientos, así como sectores de estar con equipamiento para disfrutar de un momento agradable rodeados del verde de la naturaleza. 

Cicatrización urbana

Lo valioso de esta obra es la cicatrización urbana que representa. El proceso de construcción social, un sector que solo era un paso por el que se transitaba para llegar a destino, la comunidad ahora se empezó a encontrar. Comenzó a descubrir que el espacio tenía potencial y que, de repente, había un lugar en el cual permanecer y celebrar el arte urbano. “Nos vimos con una obra construida por todos, una cicatrización y la conquista territorial de un espacio al que le llegó su momento”, destacó la arquitecta Acosta.

En esta transformación, el nuevo espacio de identificación barrial sumó el colorido y los sonidos de nuestro sitio Ramsar Jaaukanigás. Un mural compuesto por dos paredes cuya pintura plasma la obra “Miradas”. De un lado la flora y la fauna del área protegida que refleja la quietud y la calma. Continúa, en el mural opuesto que proyecta el vuelo y la libertad.

Así, en la planificación de la ciudad, la integración entre la urbanización de lo que era un no lugar y su entorno natural cobran vida con la presencia de actividad, las relaciones y los intercambios entre los vecinos que hacen uso de aquella apropiándose del lugar.

Una parte de la obra terminada

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