Dúo Eliseo, la banda que busca recuperar la historia de un pueblo que quisieron olvidar

Gabriel Cepeda, artesano y músico de la ciudad de Granadero Baigorria, conforma Dúo Eliseo junto a su hermano Alejandro. Con una infancia rodeada de música y un hecho particular que cambió su vida, ambos quieren dar a conocer la historia del pueblo Chaná.

“Investigué y quise transmitirlo en los lenguajes que tengo a mano: la música y la cerámica”, contó Gabriel Cepeda, el artista baigorriense que integra desde 1981 el grupo musical Dúo Eliseo junto a su hermano, Alejandro. Desde las orillas del rio Paraná, con aromas y colores a Litoral, Cepeda brindó detalles sobre su trayectoria, actualidad, objetivos y más.

“Somos dos hermanos con un antecedente musical en la familia. Nuestro padre era cantante de tango, por lo que nos hemos criado desde muy chiquitos en la radio, en los bailes, viéndolos tocar. Nos criamos en ese entorno musical, siempre estaba sonando algo. Hemos sido muy musicales desde muy chiquitos”, comentó Gabriel sobre los inicios de lo hoy es el Dúo Eliseo.

Y prosiguió: “Empezamos a componer al principio más folk-rock y un día, de vacaciones, durante el festival de Cosquín en Córdoba, un productor nos encontró cantando para unos amigos en un balneario y nos invitó a seguir tocando en un festival que se hacía en paralelo al Cosquín. En el año 81 tocamos por primera vez y en el 85 fuimos premiados en el escenario mayor ya tocando más folclore”.

Ganadores del Cosquín del 85 y mas recientemente del Plan Fomento del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe, siendo reconocidos por su trayectoria musical, hoy Gabriel y Alejandro se encuentran finalizando su último material: una cantata que llevará el nombre de Oye Nden Chaná.

Gabriel dijo que, aunque ambos incursionaron previamente por otras áreas, el deseo de ser músicos siempre estuvo presente: “Los dos hicimos carrera de futbolistas en el Club Newell’s Old Boys y en el momento de hacer el salto en la carrera, decidí no seguir. Algo me decía que debía elegir otros caminos. Así fue que comencé a meterme más en la cerámica y en lo que queríamos transmitir desde la música”.

Acompañado por el arte desde pequeño, Cepeda comentó que a sus ocho años, pintando con tempera, garabateó la tapa de un disco que tenía la cara de su hermano y la suya. Sin saberlo, había escrito el nombre de su futura banda: Dúo Eliseo. “A la hora de poner el nombre mi hermano se acordó y no nos quedaron dudas”, aclaró.

Gabriel hizo hincapié en la responsabilidad que sintió desde muy chico de transmitir un mensaje que actualmente brinda a la población por medio de la música y sus obras de alfarería, oficio del cual también es docente. “Cuando miro hacia atrás, siento que hay muchas cosas que produjeron que tome este camino, pero recuerdo una en particular: cuando tenía 12 años y con la escuela conocimos el Museo Marc de la ciudad de Rosario. Teníamos una sola hora para realizar todo el recorrido por el edificio, pero yo me quedé muy conmovido apenas entré”.

Sintió, según él, un “llamado interno” hacia una vasija que estaba a metros. Era una vasija redonda del pueblo Chaná. Y allí se quedó todo el recorrido, conectándose con esa vasija: “Entendí que había algo que me quería transmitir, sentí el dialogo con ella. Cuando salí, fui otra persona”.

“Inmediatamente quise conseguir información sobre ese pueblo pero el material era muy escaso, compré libros y me dediqué al estudio de la cerámica haciendo replicas. Al principio de los 80 ya vendía en las ferias, explicando lo que había aprendido sobre ese pueblo que habitó en las orillas del rio Paraná y del cual tanto tenemos que aprender hoy por hoy”, comentó Cepeda.

Los chanás fueron un pueblo de pescadores, cazadores, recolectores que además de habitar otros lugares que hoy conforman las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Corrientes también se encontraron en las costas del Rio Paraná que circundan a la ciudad de Granadero Baigorria hasta Puerto Gaboto.

El último hablante de la lengua chaná es Blas Jaime, quien hasta el día de hoy fue quien acompañó a Gabriel a aprender lo necesario sobre su pueblo y así poder transmitirlo. El artista dijo: “Hay algo que quisieron silenciar luego de la invasión española que debemos seguir reconstruyendo. Tenemos mucho que aprender sobre la cultura que nos precedió”.

“Es por eso que la cantata que presentaremos en breve con Alejandro, llevará el nombre de Oye Nden Chaná, que en esa lengua significa ‘Guarda Memoria Chaná’, va tras el objetivo de seguir transmitiendo esa sabiduría y lo que hasta el momento he aprendido sobre esto, tras seis años de estar también transmitiéndolo por medio de los talleres de cerámica y cosmogonía Chaná”, explicó el integrante de Dúo Eliseo.

La imagen puede contener: texto que dice "CANTATA "OYÉ NDÉN CHANÁ" guarda memoria Chaná) DUO ELISEO"

Al preguntarle sobre la importancia de su trabajo, Gabriel no dudó: “Creo que meter todo esto en los lenguajes que manejo, en los símbolos que tengo a mano, como la cerámica y la música es necesario. Ahora armamos una historia musical para contar quienes son los Chanás. La idea era grabar con músicas y músicos del cordón industrial pero luego llegó la cuarentena. Nos encerramos con Ale en una sala de ensayo y grabamos. La historia que queremos contar está chequeada por Blas, que también interviene en la cantata con un texto recitado”.

Además de la cantata y la intervención Blas, desde el Dúo Eliseo comentaron que su proyecto tiene la obra gráfica de Ruperto Fernández Bonina. “Estamos tejiendo el mapa de un pueblo que vivió acá que puede darnos respuestas para volver a cuidar nuestro entorno, nuestra vida”, dijo Cepeda.

Gabriel sostiene que gracias a la ayuda brindada por parte del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe, pudieron seguir adelante con este ambicioso y fundamental proyecto que busca reconstruir parte de la identidad de toda una región. Será presentado en breve en Puerto Gaboto, donde están construyendo un centro cultural que se llamará Oye Nden.

Por último, Gabriel reflexionó sobre el camino que inició hace décadas y del cual se siente totalmente agradecido: “El motor de todo esto es consecuencia de los y las que siguen reproduciendo esta historia. Y sobre todo de la imagen que nunca se me va de la cabeza de ese niño que intercambió sentires e ideas con esa pieza de cerámica a los 12 años. El deseo es que seamos cada día más reproduciendo la memoria de los Chanás”.

Contenido provisto por: Sofía Fernández