Cuatro generaciones de una familia atienden El Pescador: un restaurante con casi 60 años en La Laguna de Lobos

Abrió sus puertas en 1963. Ofrecen parrilla, pastas, minutas y «un servicio de calidad». La historia de la familia Morandi-Jáuregui.

El restaurante El Pescador se inauguró en La Laguna de Lobos en 1963 y hoy se erige como una referencia culinaria ineludible para cualquiera que visite La Laguna. «Somos cuatro generaciones de la familia trabajando en el restaurante«, contó Fabio Jáuregui, quien está a cargo de la gerencia, en diálogo con Noticias d.

Eduardo y Chola Morandi son los fundadores del restaurante y del hotel que llevan el mismo nombre. Tienen hoy 84 años y continúan con plena vigencia. «Mi abuela Chola hace los planes y mi abuelo Eduardo está en la caja. Ellos son los padres de mi mamá Laura, que está en la cocina. Mi papá, Jorge Jáuregui, se ocupa de la parrilla y mi esposa Aldana ayuda en la caja y en la cocina», resumió Fabio.

También colaboran con el restaurante Alejandro y Ana Paula, hermanos de Fabio. «Y la cuarta generación es mi hija Lucila, que también da una mano con la atención».

La familia es propietaria también del hotel El Pescador, que está tercerizado. El restaurante estuvo también alquilado, pero «hace cuatro años decidimos volver a encararlo nosotros«.

La Laguna Larga es un lugar principalmente turístico. En temporada baja, «abrimos fines de semana y feriados«, mientras que en temporada alta abren todos los días. «La temporada alta arranca en octubre, con el feriado del 12 de Octubre, y termina en Semana Santa. En el resto del año, no hay tanta gente en la semana, por eso no abrimos», explicó Fabio.

Calidad y variedad en las comidas

En cuanto a las comidas, atienden todas las variedades: pastas caseras, minutas y parrilla. «La gente vuelve, que es lo importante. El fin de semana todos los negocios están llenos, pero la gente no vuelve a todos los negocios. A nosotros, sí nos eligen por la calidad de los productos y del servicio que ofrecemos. Mucha gente nos comenta que venían a comer con el abuelo o con el padre. Hay un vínculo con la gente, a partir de la cantidad de años que tiene el restaurante en el lugar«, destacó.

A la hora de mencionar la especialidad de la casa, Fabio apuntó: «Todo lo que hacemos es muy bueno, realmente. Pero nos diferenciamos más con las empanadas fritas, que son de carne cortada a cuchillo, y también las de pollo al verdeo».

En el plano de la parrilla, subrayó: «Honestamente, no tenemos que envidiarle nada a las parrillas más famosas de la Ciudad de Buenos Aires. Nos gusta probar la calidad de otros lugares y sabemos qué es bueno y qué tiene solo buen marketing. En la calidad de comida, somos mejores«.

Entre los motivos que diferencian a la parrilla de El Pescador, resumió: «Cocinamos con leña. Tiene otro gusto. Los cortes hechos enteros también adquieren otro sabor. La carne la ponemos a la mañana, damos de comer hasta las 4 de la tarde y no hay nada pasado».

En pastas, «tenemos sorrentinos de osobuco al malbec, de boñato, de roquefort; son gustos que el proveedor los hace solo para nosotros». Además, «estamos innovando y sumando variedad para veganos y celíacos«.

Pandemia y renovación

La pandemia provocada por el Covid-19 no exceptuó a La Laguna de Lobos: «Nos obligaron a cerrar por siete meses cuando empezó la pandemia y eso te complica en muchos sentidos. No solo en plata, sino también en lo anímico. La oficina de turismo de Lobos trabaja muy bien y eso ayuda mucho«.

Para Fabio, «esta última temporada fue peor incluso que en el último año de pandemia. El Previaje benefició a muchos lugares, pero a otros nos mató. La Laguna es más de paso, para viajes cortitos, y nos perjudicó mucho. Y también el bolsillo está muy golpeado y la gente solo busca precio«.

Sin embargo, El Pescador no se detiene. «Estamos haciendo reformas importantes en el restaurante para brindar un servicio mejor, acelerar tiempos, optimizar la atención. Sabemos que tenemos un muy buen nivel de servicio, pero siempre queremos mejorar«, finalizó.