Irupé: el sueño de un poeta enamorado del Paraná

Propiedad del fallecido poeta nicoleño Oscar Felipe Cafiero y su esposa María Celia Vera, la casa Barco está anclada a escasos metros del río.

En el interior de la Casa Barco todo es poesía. Se puede ver la pasión de un marinero del Río Paraná y un poeta que trabajo 15 años en el diseño minucioso que hoy podemos observar.

La llamó Irupé. Está anclada a 100 metros del Río Paraná y a pocas cuadras del Santuario de la Virgen del Rosario. Cuenta con proa, popa, cadenas, anclas, cabos, vitas de amarre, escalera de gato y ojos de buey.

Irupé fue construida en el año 1964 y el mismo Cafiero trabajó en la obra. La Casa Barco, tal como se la conoce habitualmente, recorrió el país y el mundo a través de numerosos programas televisivos. Además, cuando la situación lo permitía, cientos de turistas pasaban por su vereda para llevarse una foto.

El origen de la Casa Barco

Todo comenzó cuando el reconocido escritor llegó un día a su casa con «una maderita» y le preguntó a su esposa qué quería que hiciera con eso. En ese momento, la mujer le contestó que no había demasiadas cosas que pudiera hacer con un pedazo de madera. A lo que él le comentó que armaría «un barquito».

Lo construyó y María Celia aún lo guarda en un rincón de su casa como uno de los objetos materiales de mayor valor afectivo.

Fue entonces que Oscar le transmitió a su esposa el deseo de edificar una casa con forma de barco. A decir verdad, a ella no le sorprendió el anhelo y tampoco se negó. Al contrario, le pareció una idea fantástica.

Así comenzó la obra. Pero “los albañiles sólo pegaban los ladrillos y revocaban, porque a la forma de barco se la dio Oscar”, contó María Celia y agregó: “Se paraba al frente, miraba bien y le daba la forma con hierro, lo amuraba, ponía material desplegable, le pegaba un poco de mezcla y después los albañiles revocaban bien”.

En el timón, como quienes deciden el rumbo de la nave, la foto del matrimonio.

El escritor vivió allí durante más de treinta años junto a su esposa y luego sus hijos. Fue el período desde 1966 hasta el 15 de agosto de 2003, día en que falleció.

Los días en los que el barco estuvo en el agua

Más allá de que sea un barco hecho de material y anclado en la tierra, no pudo evitar sentirse sobre las aguas del Paraná en tres oportunidades. Una en la década del ’80 y dos en la década del ’90, cuando la ciudad sufrió las más grandes inundaciones.

Parece algo ficticio e irreal, pero en ese entonces, “Irupé”, quedó inmersa en el agua. Ahí sí fue mucho más que una casa barco, fue un barco en sí mismo. El paisaje mostraba a la casa barco en medio del agua rodeada de “casas normales”, también inundadas.

Oscar Felipe Cafiero y un merecido homenaje

Cafiero fue un ser humano muy especial, un escritor reconocido en la zona y ganador de varios premios.

Entre ellos se encuentran una “Mención Especial” por su poesía “Al Paraná” en un certamen literario a nivel nacional presidido por Quinquela Martín y otros. Además, el premio “Rosa Fernández Simonín” en el rubro “Embajadores de la Cultura Nicoleña” (1998). “Diploma de Honor” del Instituto Literario Horacio Rega Molina de la República Argentina y su Órgano Editor “Dei Genitrix” (1999). El “Premio Honorífico” Rosa Fernández Simonín por su incondicional apoyo a la cultura nacional, y fue reconocido como “Socio Honorario” y “Socio Fundador” de la SADE San Nicolás.

Cuando se cumplió el primer año de su fallecimiento, el Fondo Editorial de San Nicolás, decidió brindarle un merecido homenaje. Editó un libro denominado “Un mundo inimitable” con poesías salidas del alma y reproducidas por el puño del propio Capitán del Barco Irupé.

Por otro lado, en 2008, se nombró Oscar Felipe Cafiero a la calle ubicada entre Av. Alberdi y Bustamante, desde su nacimiento hasta su intersección con calle Sarmiento.

Oscar Felipe Cafiero logró lo que nadie pudo realizar nunca: trasladar la naturaleza misma a la ciudad y vivir en un barco que, aunque anclado a la tierra, parece que navega incansablemente por el Paraná.

Contenido provisto por: Lucas Giménez