La detención del ex vicepresidente Jorge Glas, ocurrida en la Embajada de México en Quito, provocó la decisión de México de romper relaciones bilaterales.

Glas, condenado por corrupción, se encontraba en la legación diplomática mexicana en Ecuador. Había solicitado asilo en diciembre, un pedido que México concedió el viernes anterior.

La Policía ingresó por la fuerza a la embajada mexicana en Quito antes de llevar a cabo el arresto, según informó el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. La Presidencia ecuatoriana anunció la detención de Glas, quien ocupó el cargo de vicepresidente durante el gobierno de Rafael Correa entre 2013 y 2017.

El exvicepresidente fue llevado a una unidad de flagrancia en Quito, donde se encontraba una fuerte presencia militar.

La situación diplomática tras el arresto del ex vicepresidente Jorge Glas

La tensión bilateral entre México y Ecuador se intensificó tras el arresto, que culminó una semana de crecientes tensiones. El jueves, Ecuador declaró persona non grata al embajador mexicano en Quito, citando comentarios considerados «desafortunados» por parte del presidente López Obrador.

El Gobierno ecuatoriano considera ilegal la oferta de asilo de México. En un comunicado, la Presidencia de Ecuador acusó a México de abusar de las inmunidades y privilegios diplomáticos al conceder asilo a Jorge Glas.

En respuesta, López Obrador ordenó suspender las relaciones diplomáticas con Ecuador. Además, calificó el arresto como un acto autoritario y una violación del derecho internacional y la soberanía mexicana.

Las autoridades ecuatorianas solicitaron permiso a México para ingresar a la embajada y arrestar a Glas, quien fue condenado a seis años de prisión en 2017 por recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de contratos gubernamentales. Glas también tiene una orden de arresto preventivo por otro caso de corrupción, aunque él ha afirmado que está siendo perseguido por motivos políticos, lo cual el Gobierno de Ecuador ha negado.

Los comentarios de López Obrador sobre las elecciones sangrientas del año pasado en Ecuador también irritaron a los funcionarios ecuatorianos. El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, asumió el cargo a finales del año pasado y se enfrentó rápidamente a un aumento de la conflictividad con las bandas de narcotraficantes, lo que llevó a declarar un estado de emergencia a nivel nacional a principios de este año, medida que se extendió el mes pasado.