Cuando uno nombra la escuela “San Vicente” en Godoy Cruz a uno se le viene a la mente el colegio privado ubicado frente a la Plaza Godoy Cruz. Pero hace más de 150 años era otra la escuela que llevaba ese nombre. Se trata del colegio Guillermo Rawson.

“La Rawson”, como se la llama normalmente, está ubicada en la calle Azopardo de Godoy Cruz en uno de los edificios más viejos y más lindos que tiene el departamento, pero no siempre estuvo ahí. Tampoco llevó el nombre de Rawson o de San Vicente, sino que a lo largo de su historia tuvo diferentes denominaciones que fueron cambiando según la época y el gobierno de turno.

El nacimiento

Era 1863 cuando el entonces gobernador de Mendoza, Luis Molina, decidió fundar la escuela San Vicente. Habían pasado dos años de uno de los más grandes terremotos que hubo en la provincia y que provocó un antes y un después en la historia de Mendoza.

En aquellos tiempos, la escuela se ubicó en un viejo caserón en calle Colón. Dos años después de su nacimiento, pasó a depender del gobierno nacional al provincial.

Su nombre no duraría mucho, ya que poco tiempo después se la conoció como Número 1 de varones y Número 2 de niñas. Un nombre sin personalidad pero que iba de acuerdo a la época.

Rápidamente el colegio se constituyó como un centro muy importante en Godoy Cruz. En una época en la que algunos recursos no sobraban, la escuela se volvió un centro asistencial y prestaba su teléfono a los vecinos, colaboraba en el reparto de ropa para personas humildes e incluso les daba el desayuno a los niños más pobres. Una imagen que 150 años después se repite en muchas escuelas.

Según el libro “Godoy Cruz, una historia”, la escuela sufrió otros cambios de nombres. Entre 1890 y 1922 se llamó Escuela Fiscal 1 y 2, Escuela Libertad y finalmente Guillermo Rawson, en homenaje al creador de la Cruz Roja. Esto último ocurrió en 1922.

A esa altura, la escuela se había mudado de calle Colón a Perito Moreno y Leguizamón, después a Perito Moreno y Lavalle (donde actualmente está la escuela San Vicente), a la calle Güemes, luego a Tomba.

Finalmente, en 1935, ya con el nombre de Guillermo Rawson desde hacía más diez años, se mudó a Azopardo 76 y nunca más salió de ahí. Incluso su edificio fue declarado de “bien de valor histórico y cultural”, por lo que su fachada continuará manteniendo la misma arquitectura que la diferencia de muchos de los edificios actuales.