Quizás Hilda Villegas nunca pensó que quitarse una espina de la vida armaría tanto revuelo, pero es que muchos se sintieron orgullosos de ella y quisieron formar parte de su logro. Hilda tiene 87 años y acaba de terminar la primaria en una escuela de Godoy Cruz y por eso fue reconocida en la Legislatura de Mendoza.

Hilda tenía poco mas de 80 años cuando decidió inscribirse en la escuela Claudia Liliana Gramaglia de Godoy Cruz. Nunca había ido al colegio, luego se casó y tuvo siete hijos, pero nada le impidió enseñarles a leer y a escribir. Pero el hacer la primaria, era una deuda pendiente en su vida.

Y el bichito de lo pendiente atacó nuevamente gracias a que una de sus nietas trabaja en el colegio y su hija también. Ambas le preguntaron si quería estudiar y al principio dijo que no. «Después me recibieron y no me costó mucho, me gustó la escuela, los compañeros y todo ello», explicó Hilda, según se cuenta en los fundamentos de la resolución legislativa.

A fines del 2021, sus familiares la vieron feliz, con su bonete y su diploma. Se había recibido en la escuela primaria y el hecho no pasó desapercibido para nadie.

Reconocimiento legislativo

Este lunes, la comisión de Cultura y Educación de la Cámara de Diputados decidió reconocer a Hilda por su logro.

Aunque la mujer no pudo asistir por razones de salud, la directora del CEBJA 3-042, Aldana Cortez, y la docente Alicia Nocetti, recibieron en su nombre copia de la Resolución aprobada, un diploma, un ramo de flores y una Bandera Nacional.

«El objetivo era reconocer el esfuerzo y la voluntad de terminar la primaria a sus 87 años, esa pasión y esas ganas que no es común a esa edad, merecía esto, y pensamos que el ámbito ideal era la comisión», explicó la diputada Silvia Stocco.

En tanto, Cortez indicó que en la escuela hay grupos de alumnas de 60 y 55 años «que por situaciones de la vida no pudieron seguir estudiando y en algunos casos, llegan a la escuela sin haber estado alfabetizadas. También tenemos alumnos que no han tenido la posibilidad de estudiar porque tenían que salir a trabajar, y también, aquellos que necesitan otro tipo de acompañamiento».