El 1 de marzo de 1964 quedó escrito en las páginas de la historia de Godoy Cruz. El Santos de Pelé, ese equipo de camiseta blanca que maravilló al mundo ingresó al Feliciano Gambarte para jugar con el viejo y querido Tomba. Quiso la pelota, que el resultado fuera un 3 a 2 para los brasileños. Pero el recuerdo no se olvidó.

El equipo de Pelé había llegado un día antes a Mendoza. Una multitud los esperó en el aeropuerto y en el hotel Ariosto, donde se alojaron y se cansaron de firmar autógrafos.

El Santos venía de ser campeón de la Copa Libertadores por dos años consecutivos. Pelé acababa de ganar su segundo campeonato mundial dos años antes en Chile. Al Tomba le faltaban décadas para escribir sus páginas más gloriosas.

Pero nada de eso importó. Esa tarde del primer día de marzo, Godoy Cruz formó con varios refuerzos: Juan Filizzola, Atilio Marchiori, Hugo Sitta, Juan Carlos Díaz, Tito Torres, Jorge Entrerríos, Patricio Jofré, José Maria Feijoo, Víctor Legrotaglie, Lisboa (Hardaan Curi), Osvaldo Aliendro y Juan Fernández (Roberto Reggio). Los suplentes fueron: Pieruz, Cortez y Santilli y el director técnico fue: Luis Alonso Pérez.

El Santos de Pelé lo tuvo a Gilmar al arco y compañeros como Ismael, Geraldinho, Mengalvio (Lima), Haroldo, Joel, Peixinho, Rossi, Toninho (Aldir), Pelé y Pepe (Dorval). Los suplentes fueron: Laercio, Juan Carlos, Dalmo y Zito y el entrenador fue: Vianna Da Silva.

El partido fue a estadio lleno, pero el Tomba nunca pudo estar arriba en el marcador. Fue 1 a 0, después vino el empate, el 2 a 1 a favor de los brasileños, el 2 a 2 y el 3 a 2 fue a un minuto del final. Nada de eso apañó la fiesta. El Expreso había sido un digno rival para uno de los mejores equipos de la época.

Esa misma noche, la directiva de Godoy Cruz invitó a un asado al equipo brasileño en Chacras de Coria. Hubo vinos mendocinos y un abrazo entre Pelé y el ex campeón del mundo en 1934, Raimundo Orsi, que se había radicado en Mendoza hace años. Hubo fotos y hubo alegría, pero para el pueblo tombino quedó el recuerdo de aquella tarde en que tuvieron contra las cuerdas al Santos de Pelé.