Denuncian a una veterinaria por tirar a la calle residuos patogénicos: ¿cuál es el tratamiento correcto?

El Municipio le aplicó multas al lugar por las infracciones, pero siguen sin cumplir la normativa provincial. ¿De qué se trata?

Una vecina de una reconocida veterinaria del departamento de Godoy Cruz se cansó del olor y del peligro que generan en su cuadra los residuos de este centro de atención de animales.

Para buscarle una solución a este inconveniente, habló en reiteradas oportunidades con la dueña del lugar y con el personal que trabaja allí. Pero, al no encontrar una respuesta favorable, decidió realizar la denuncia formal en la Municipalidad godoicruceña.

La mujer vive sobre la calle Paraná, al lado del Centro Veterinario Arrayanes. En diálogo con Noticias d, explicó su reclamo: “El canasto de residuos lo tengo casi en mi ventana, no la puedo abrir del olor que larga la basura por las altas temperaturas. Hay desechos de todo tipo: jeringas, gasas, etc.”.

“Luego de hacer las denuncias, estuve un tiempo sin obtener respuestas. Hablé con Marcelo Linares, concejal de Protectora, que estuvo en contacto con la Municipalidad de Godoy Cruz y me dio un número directo para seguir denunciando cada vez que vea la basura. Finalmente, se acercó Adrián Barón de la veterinaria a comprometerse en arreglar la situación y pedirme el retiro de las denuncias”, contó la vecina.

Ante esta situación, el Municipio atendió el reclamo y se acercó al lugar para constatar lo denunciado. La veterinaria Arrayanes recibió varias inspecciones y fue multada por no respetar las medidas de disposición final de residuos patogénicos.

Realizaron una inspección el viernes 28 de febrero y todo estaba en orden. Hubo un acto de infracción por disposición final de residuos patogénicos, multas e inspecciones que verificaron incumplimiento e irregularidades con la basura”, explicaron desde el área de Prensa de Godoy Cruz.

Sin embargo, pasaron dos semanas, la situación no cambió y la vecina volvió a encontrarse con desechos que no corresponden en el canasto frente a su ventana.

“Siguen sacando residuos patológicos, hace un par de semanas le mostré a una de sus empleadas de limpieza un algodón con sangre que tenía en mi jardín. Ese mismo día llamé a la Municipalidad, pero no pasa nada. Hasta tienen un freezer en la parte de atrás con perros muertos”, acusó la mujer.

¿Cuáles son los residuos patogénicos?

Los residuos patogénicos son aquellos que revisten las características de ser reservorios o vehículos de microorganismos patógenos o sus toxinas, o sea todos aquellos provenientes de áreas de atención de pacientes infectocontagiosos, ya sea de humanos o animales.

Para aclarar sobre este tema, Yamel Ases, directora de Ambiente y Energía de Godoy Cruz, le explicó a Noticias «d» que el tratamiento y la disposición de estos residuos se rigen por normativas provinciales. En este caso, el Manual de Bioseguridad para Establecimientos de Salud – Capítulo 23 Bioseguridad En La Manipulación De Residuos Peligroso Y Patogénicos.

“Toda empresa o institución que genere residuos patogénicos debe inscribirse como generador y realizar los procedimientos necesarios para su disposición final. En el caso de Mendoza hay solo una empresa que los trata, que es Sustenta y tiene la planta en el departamento de Las Heras. La veterinaria, como todos los generadores, tienen la obligación de enviar sus residuos a tratamiento”, explicó la directora de Ambiente.

En cuanto a su almacenamiento, indicó: “Los residuos infecciosos y restos patológicos deben almacenarse directamente en bolsas de color rojo, impermeables, de polietileno, resistentes al peso que deban soportar, con espesor mínimo de 120 micrones y que permita el fácil cerrado hermético y transporte.

“Los elementos punzocortantes deben colocarse en descartadores de paredes rígidas diseñados exclusivamente a tal uso, los que posteriormente se introducirán dentro de bolsas de color rojo”.

La misma empresa que realiza el tratamiento final de estos residuos es la que los retira, los transporta a la planta y les da tratamiento. En el caso de los restos patogénicos se los incinera en un horno pirolítico 850°C. En cuanto a los punzocortantes los esterilizan con vapor a alta presión hasta convertirlos en residuos sólidos urbanos.

Para concluir, respecto a los controles, Ases manifestó: “Todo el proceso de inscripción, almacenamiento y control de los libros donde se asienta el traslado a la planta de los residuos es controlado por la Dirección de Protección Ambiental de la Provincia y también lo realizamos desde la Dirección de Ambiente y Energía de la Municipalidad”.

Contenido provisto por: Julieta Gulino