Y se marchó. Este domingo fue el último día que la cantina de Andes Talleres abrió sus puertas. El último día en que los socios o cualquier otra persona pudieran sentir el olor de sus comidas, pedir una gaseosa o una cerveza y sentarse a comer algo en uno de los pocos lugares que existen de sus características.

Este domingo, la cantina de Andes Talleres cerró sus puertas debido a que a sus dueños les quisieron aumentar el alquiler a más del doble. Seguramente llegarán otros dueños, otro local, pero ya nada será lo mismo.

«Esta repentina decisión ha sido motivada por diferencias económicas con la nueva Comisión Directiva del Club Andes Talleres, específicamente al aumento del alquiler a razón de un 120% en relación con lo que pagábamos por mes», explicaron los concesionarios de la Cantina.

Fue justamente el cambio de directiva lo que modificó todo. Hace dos meses, la Cantina podía seguir. Ya estaba todo arreglado, pero el cambio dirigencial cambió todo y el trato se cayó.

Según sus dueños, la Cantina seguirá en otro lado, pero ya no será la Cantina de Andes Talleres. Por lo tanto, ya nada será igual.