En el Día Nacional de la Bandera, la historiadora Adriana Micale contó cómo fue el proceso y creación de nuestros colores patrios, el vínculo de Manuel Belgrano con Godoy Cruz y el peso de una insignia que merece respeto y amor.

La distinguida directora de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad de Congreso, también profesora de otras carreras, ha sido reconocida en numerosas ocasiones por sus aportes a la historia de nuestro país. En esta ocasión, Micale se tomó unos minutos para hablar con Noticias d y contar el proceso patrio de nuestra bandera.

–¿Por qué se celebra el 20 de junio el día de la Bandera?

-Se celebra en honor a la muerte de Manuel Belgrano, el creador de la bandera y también considerado como uno de los padres fundadores de nuestra nacionalidad junto con José de San Martín. A esta paternidad, que entronizó Mitre en el siglo XIX, habría que agregarle a Domingo Sarmiento como uno de los padres fundadores, porque también fue el constructor de la Argentina moderna.  Hay que agregarle a esto el dato de que, al año de haber muerto Belgrano en 1821, Bernardino Rivadavia determinó rendirle un gran homenaje teniendo en cuenta que Belgrano había muerto el año anterior, pobre y olvidado. Fue impresionante la convocatoria que este homenaje tuvo, mostrando la aceptación no sólo de la gente sino de las distintas corporaciones que se dieron cita a la celebración. Uno de los hechos que más se destacó en ese acto fue su humildad, hombría de bien, generosidad e inteligencia y, fundamentalmente, su gran creación, la bandera argentina. En junio de 1938, durante el gobierno del presidente Romerto M. Ortiz, se decretó que el 20 de junio iba a ser feriado nacional en honor al creador de la bandera y quien había fallecido en esa fecha, Manuel Belgrano.

–¿Por qué los colores de nuestra bandera son celestes y blancos?

-Belgrano nunca habló de la forma de la bandera ni de la distribución de las franjas. Sí le prestó especial atención a los colores, celeste y blanco. Cuando Belgrano envió la comunicación al Superior Gobierno de las Provincias Unidas, al Triunvirato, hizo referencia a que había tenido que crear una bandera para entusiasmar a la tropa y a los habitantes. Por tal razón, había dispuesto una bandera que tuviera los colores de la escarapela. Esto tuvo que ver con una inspiración de Belgrano. Con una decisión de seguir con los colores del distintivo que se llevaba en el pecho.

-¿Cuál de todas de todas nuestras banderas utilizadas en batallas simboliza triunfo y libertad del pueblo argentino?

-Creo, sin lugar a dudas, que la que traspasó la gran cordillera de Los Andes, transportada por el Ejército Libertador a instancias de San Martín y sus soldados. Ésta bandera fue la que liberó a Chile de la opresión española y la que identificó al ejército Libertador en su hazaña libertadora. Ahora, este emblema identitario, tiene su punto de partida en esa bandera que había sido enarbolada por Belgrano, primera vez a orillas del Paraná en febrero de 1812.

–¿Existe algún hecho o dato que vincule al departamento de Godoy Cruz con la Bandera Argentina?

-Existe una vinculación histórica entre el patrono del municipio, Tomás Godoy Cruz, y el creador de la bandera. A pesar de que tuvieron una diferencia de 21 años, ambos fueron partícipes de la etapa fundacional de nuestra patria: los tiempos de Mayo y los de la declaración de la Independencia. A partir de esto, formaron parte de un grupo de hombres, de criollos, que compartieron un ideario común y objetivos similares. Entre estos, amor por la libertad y la igualdad. Respeto por la ley. El objetivo claro de que una vez que estos pueblos se independizaran de España, se dieran gobiernos propios que lucharan por el desarrollo de las regiones, por la educación de los pueblos y por el entendimiento entre los hombres.

Ambos hombres se conocieron por primera vez en el Congreso de Tucumán, en julio de 1816, cuando Belgrano fue a explicar a los congresales por qué la nueva tendencia debía ser la de instaurar un gobierno con una monarquía moderada. Belgrano venía de Europa y había visto el fenómeno de la restauración monárquica tras las guerras napoleónicas. Hay una excelente biografía sobre Tomás Godoy Cruz, de la historiadora Cristina Seghesso, que refiere este momento histórico en el Congreso.

–¿Cómo deberían honrar los argentinos sus símbolos patrios, teniendo en cuenta los ideales?

-Los símbolos patrios por sobre todas las cosas deben ser respetados. Los argentinos tenemos una mala costumbre de no respetar nada. Transgredimos las leyes constantemente y esto es el punto de partida de todo. La bandera, la escarapela, el himno, son los símbolos que nos representan como Nación y en el que nos identificamos como pertenecientes a una nación. Vivimos una crisis de identidad como nación. Esto está directamente ligado con la cultura cívica que se ha ido perdiendo con los años. Esta cultura arranca en la casa, con la familia y sigue en la escuela, donde se refuerza e incorporan los contenidos que la solidifican. Los estudiantes se ponen la camiseta de la selección argentina para un partido, pero cuando tienen que cantar el himno graciosamente lo balbucean o tararean. Los símbolos patrios se honran trabajando todos los días, estudiando todos los días, cumpliendo con las obligaciones. Sumando en vez de caer en individualismo.