Existen muchos tipos de vinos y sus sabores son muy variados. Algunos son más fuertes que otros. Por eso, la bodega Caelum recomendó tres vinos distintos, suaves y de calidad.

1. Vino Rosado

Es un vino fácil de tomar, fresco. Puede ser seco o dulce, según la preferencia del paladar de cada uno. Son ideales como aperitivos.

Más allá de que el color es atractivo y elegante, es un vino que se puede beber solo (sin comida que acompañe) o con algún plato fresco.

Además, en general, los rosados tienen bajo alcohol, 12 o 13 por ciento. Cuando el rosado se elabora con uvas tintas exclusivamente, como el nuestro que es 50% Malbec y 50% Cabernet Sauvignon, la maceración del jugo con las pieles es de tan solo unas 3 a 4 horas. Por eso son vinos de baja densidad.

2. Vinos tintos jóvenes

El proceso es sin paso por barrica, para que se sienta la fruta. Es decir, los aromas y sabores frutados que provienen de la uva.

Algunos vinos tintos hoy tienden a elaborarse con maceración carbónica, esto es, durante el tiempo en que el jugo está en contacto con los hollejos. Se hace a mayor temperatura e introduciendo dióxido de carbono para eliminar el oxígeno.

Es una maceración más acelerada y ayuda a preservar el carácter frutal de los vinos tintos. Esto también hace que sean vinos de poco potencial de guarda, 2 o 3 años a lo sumo.

3. Vinos blancos

Pueden ser con o sin paso por barrica. Son vinos amables que carecen de taninos (el componente en vinos tintos que generan astringencia en la boca).

Al igual que los rosados, los blancos son vinos de menor graduación alcohólica y se pueden beber sin acompañamiento. En muchos casos, son vinos expresivos, con buena concentración de aromas, y en boca amables y refinados.