De Puño y Voz: así es el proyecto de accesibilidad literaria para los maipucinos

La iniciativa es de «Letras Proyecto Editorial» en coordinación con la Biblioteca Infantil «Sucedió en Colores», que tiene como finalidad facilitar el acceso de material literario a niñas y niños con ceguera o visión disminuida.

La accesibilidad literaria es la posibilidad de disponer de material de lectura a todo el público.  En esta oportunidad, el proyecto “De Puño y Voz”, fue pensado para aquellas personas que tienen dificultades para leer un libro de la manera convencional facilitando el acceso a la lectura a través de la incorporación a la obra literaria de su narración oral.

En diálogo con Noticias D, Viviana Baldo, Directora de Letras Proyecto Editorial e impulsora De Puño y Voz, nos brinda más detalles acerca de esta iniciativa.

“El proyecto propone la confección de audios que reproduzcan lecturas de libros infantiles que se encuentran en la biblioteca «Sucedió en Colores», explicó Viviana y agregó: «Cada libro tendrá un código QR que remitirá a un audio en el que estará contenida la obra”.

Simples acciones que suman

Para poder llevar a cabo el proyecto con éxito se requiere de la participación activa de la comunidad maipucina para la lectura de los cuentos infantiles. Es por eso que se hace extensiva la invitación a todos aquellos que quieran prestar su voz para esta bonita iniciativa.  

“Es muy sencillo. Te acercas a la biblioteca, te llevas un libro, grabas tu voz y luego nos envías la grabación», detalló la directora.

Actualmente quienes le están poniendo voz a los libros son mujeres cuentacuentos que pertenecen al taller de “Alma de Cuento”, que funciona en la biblioteca infantil; escritores y personas pertenecientes al Centro de Jubilados de Maipú.

Cómo sumarse a la iniciativa

Aquellos vecinos que quieran sumarse a leer los cuentos y grabarlos pueden acercarse durante el mes de junio a la biblioteca Infantil “Sucedió en Colores” de Maipú, los días lunes, miércoles y viernes de 14 a 19 hs.

Contenido provisto por: Ailén Pezzola