Llegó el calor y una imagen que suele repetirse en esta época del año, es el encierro de animales dentro de los autos en los estacionamientos.

La Ley Sarmiento se aprobó en defensa de todos los animales; es una oportunidad para las personas que luchan a diario por sus derechos. Gracias a esta ley, hoy en día se presta más atención al maltrato animal y sus denuncias.

En este sentido, una de las imágenes que más vemos es el encierro de los perros en los autos. Sus dueños creen que es mejor eso que dejarlos solos en los hogares. Sin embargo, lejos está de ser la mejor opción. 

En cualquier época del año, pero sobre todo en verano, la temperatura sube en el auto y en algunas ocasiones puede llegar a un extremo. Si su perro está encerrado en el automóvil, se sentirá muy incómodo e incluso podría sufrir un golpe de calor.

Los coches acumulan tanto calor dentro de ellos que pueden sentirse como un horno. Además, la falta de ventilación genera una falta de oxígeno. Los perros sufren mucho esta situación ya que no sudan.

El único mecanismo que su cuerpo puede usar para lidiar con el calor extremo es el jadeo. Sin embargo, esto dificultará la respiración del perro y puede asfixiarse.  Además, los canes ya tienen una temperatura corporal más alta que los humanos.

Cómo actuar ante esta situación

Son varios los casos en los que una persona ve a un perro encerrado en un auto y actúa de manera impulsiva, rompiendo la ventanilla por ejemplo. Claro está que esta no es la mejor solución.

• Busca al propietario. Tal vez no es consciente de la situación. Si está frente a una casa, toque el timbre para ver si el dueño vive allí. Si está en la tienda, pídale a un trabajador que haga un anuncio por el altavoz.
• Llame a las autoridades. En caso de no encontrar al dueño o se genere una situación incómoda con el, llame a la policía. Dejar un perro en el coche se considera maltrato animal y cualquiera que lo haga tendrá que pagar por el delito.

Después del rescate

Si un perro pasó por esa situación, una vez fuera del auto hay que enfriarlo con paños húmedos (no empapados). El enfriamiento debe ser sutil para que no sufra un shock. Además, es ideal acercarle agua fresca para que tome, aunque no se lo debe obligar.