En Luzuriaga, sobre la calle Alsina, había una finca en la que hoy en día solo hay una casa de adobe.

El dueño, un conocido médico, falleció y sus hijos se fueron del país, dejando esta finca abandonada.

Los contratistas que quedaron ahí era un matrimonio grande. El señor también falleció y su mujer fue llevada a otro hogar. Fue entonces cuando cinco animales quedaron solos, a la deriva.

Una vecina de la zona pidió ayuda para cuidarlos y se acercaron dos mujeres más para castrar a las hembras. Con el correr de los días, una jauría de perros que deambulan en busca de comida atacaron a dos de ellos y los mataron.

Viviana tomó entonces la decisión de cerrar esa casa precaria de adobe y dejar a los tres animalitos en una galería, para que no tenga como salir a la calle.

Además, esta mujer tan grandiosa se tomó el trabajo de pintar un cartel para que no lastimen a ninguno de estos perros.

Viviana y Cristina alimentan a diario a estos perritos, pero ellos necesitan un hogar para no correr más riesgos.

Dos de ellos son hermanos, una hembra y un macho de alrededor de 2 años. La otra hembra tiene 5 años aproximadamente.

Es una búsqueda difícil. Se sabe que es más difícil que los perros adultos sean adoptados, pero ellas no bajan los brazos de poder verlos con una familia.

Dales una oportunidad. Conocelos. Solo se necesitan tres cuchas, tres platos y mucho amor. Comunicate al 261-571-6816.