Orgullo maipucino: una vecina se recuperó del Covid-19 y donó cuatro veces plasma

Ana Laura es la paciente 112 que contrajo coronavirus en Mendoza y hoy es un ejemplo de solidaridad.

Ana Laura Pulenta, la paciente 112, comerciante de Luzuriaga o la ‘Peperina’ -como la conocen en su barrio-, logró superar el coronavirus y no dudó en ayudar a quienes aún transitan la enfermedad.

Tras su recuperación, la mujer donó cuatro veces plasma y si pudiera “lo haría una vez más”, confesó. 

El caso de la maipucina fue conocido a mediados de junio, cuando 13 personas de su familia se contagiaron.

Al conocerse su caso, ella, sus hijas y personas de su entorno fueron juzgados injustamente al vincularlos con otro caso de Luzuriaga que desató una gran polémica en Mendoza, pero que nada tenía que ver con ellos. 

Todos los miembros de su familia se recuperaron, incluido el padre de sus hijas -quien estuvo en terapia intensiva durante semanas- y una mujer de 57 años con Síndrome de Down.

Más allá de todo, Ana y sus hijas no dudaron en ayudar a aquellas personas que están pasando por lo mismo que ellas vivieron y son un ejemplo de solidaridad. 

Un acto de amor

Ana Laura es una mujer muy querida en el barrio Antártida Argentina I. Es conocida por su local de ropa -el que atiende desde hace más de 10 años- y por su perfil solidario. 

La comerciante dialogó con Noticias d y comentó que su impulso fue “saber que el plasma puede ayudar a salvarle la vida a una persona, y por la experiencia que tuvimos”. 

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“De los 13, solo uno estuvo grave. Y, a partir de que tomaron la decisión de colocarle plasma, los partes médicos de terapia fueron totalmente diferentes«, indicó Ana Laura.

Y explicó: «Como no hay nada certero, ellos prueban, pero sabemos que fue significativo para su recuperación y no hay muchas personas que donen”.

Pocos donantes en la provincia

La maipucina resaltó que son muy pocas las personas que se recuperan y que se acercan a donar en la provincia.

“En hemoterapia del hospital Central por día pueden ser dos personas, tres como máximo, en un día muy fabuloso”, contó con tristeza. 

Y comentó: “Cuando hice mi primera donación, fui la número 15 y soy la paciente 112. Entonces te das cuenta que muy pocas personas tienen la voluntad de hacerlo”. 

Por otra parte, rescató la enorme satisfacción que sintió cada vez que fue a donar. “Con algo tan sencillo como que te conecten a una máquina, con un solo pinchazo y solo dedicando media hora de tu tiempo, eso puede llegar a salvar vidas”, dijo. 

Finalmente, manifestó sus ganas de volver a ayudar. “Si puedo hacerlo, voy por una quinta vez. Te deja una gran satisfacción saber que puede ayudar a alguien y ojalá que nadie más lo necesite».

Contenido provisto por: Rocio Sileci