Vinos Posión: la historia familiar detrás de sus botellas

Estos vinos artesanales están marcados por tres generaciones. Conocé todos sus secretos.

La familia Meloni-Garrido es la responsable de Posión. Este emprendimiento de vinos artesanales lleva consigo una hermosa historia familiar.

Luciano, enólogo de la Bodega, habló con Noticias d y contó todos los secretos de esta empresa.

«En 2010 mis padres comenzaron con una elaboración casera y luego se fueron expandiendo hasta lograr una elaboración artesanal», contó sobre los inicios.

Actualmente, la bodega se encuentra en la zona de Russel. Por el momento no reciben al público, pero sus vinos están certificados y avalados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura. El espacio donde trabaja la familia Garrido es una estructura relativamente nueva, ordenada y espaciosa.

Hoy en día son cuatros personas las que llevan a cabo esta empresa. Propietarios de su finca, son ellos mismo los encargados de trabajar la tierra y así proporcionar a la empresa la materia prima.

El resto de la familia se encarga de la elaboración del vino, todo de forma artesanal. Esto implica poca maquinaria, solamente una despalilladora para la parte de vendimia, prensa manual y una bomba para los trasiegos. El resto del trabajo se realiza de forma manual.

«Soy la tercera generación que elabora vinos. Mis abuelos lo producían para consumo personal, y así mis padres se interesaron para comercializarlo. Con el afán de profesionalizarme, decidí estudiar enología y ahora estoy cursando la licenciatura», relató Luciano.

«Nosotros decidimos comercializar nuestra uva, buscamos defender nuestra producción, nuestros viñedos. Es una problemática común en nuestro país el bajo valor de la materia prima», agregó. Así, su elaboración de vino defiende su historia familiar y fortalece su marca.

El vino insignia es Posión Malbec Roble, es el que más elige la gente. «Contamos con tres vinos del mismo varietal pero con distintos métodos de elaboración. Tenemos el Posión Malbec Clásico, Roble y Rosse«, explicó Luciano.

«El vino que más me gusta es el Clásico, se realiza prácticamente solo. Mi única tarea como enólogo es controlar que los parámetros no se desvíen. Eso es gracias a nuestra materia prima de primera calidad; aporta aromas, es un vino muy sabroso sin tecnología ni insumos especiales, mucho tiempo en su tanque y en botella. Su resultado es especial por el cariño que le tenemos desde la cepa hasta la etiqueta y capuchón de la botella», reflexionó.

Con respeto a la adversidades, como toda empresa que está surgiendo, Vinos Posión busca precios competitivos, tarea difícil en el mercado. Pero lo que nunca pierden, es la calidad de sus vinos, siendo estos un producto diferenciado y competitivo entre las botellas.

Respecto a la producción local, Luciano analizó: «Veo un potencial grande, pero me da tristeza como productor de uva que cada vez más, las personas dejan de optar por producir viñedos y en cambio el mercado inmobiliario avanza destruyendo zonas excelentes para la producción de vid«.

Desde 1968, cuando los abuelos de Luciano, Mercedes Irrera y Victorio Meloni, plantaron sus viñedos, no pensaron la trayectoria que iba a tener su vid. Hoy, Arnaldo Garrido y Claudia Meloni son los pilares para que todas las vendimias puedan obtener el mejor resultado para su público.

Contenido provisto por: Florencia Pescara