Durante seis meses, los depredadores no han dado tregua a Las Dunas

El rechazo de los habitantes de Baní fue llevado al Congreso por la diputada Mercedes Rodríguez.

Los habitantes de Las Calderas, en Baní, han denunciado la expansión de los daños causados por particulares en el interior de Las Dunas. A pesar de que el Ministerio de Medio Ambiente aún no ha implementado los mecanismos de vigilancia prometidos, se ha observado un desmonte masivo de cientos de árboles endémicos en la zona.

Durante un extenso recorrido realizado por periodistas en compañía de residentes locales, se pudo constatar el corte indiscriminado de árboles, cuyos restos ya secos y dispuestos para ser incendiados, se extienden por más de 60 a 70 hectáreas en otras áreas del parque, conocidas como La Laguneta o Los Guatapaná.

Más daño

La revelación de nuevas áreas dañadas en este monumento natural, producto de cortes brutales que han derribado cientos de árboles endémicos como guatapaná, saona, palo de agua, aceitunos, olivos, guayacanes, guano barrigón, cochinilla, entre otros, ha generado una profunda indignación entre los apicultores y criadores caprinos que, durante más de 100 años, aseguran haber cuidado este parque natural.

Carlos Martínez, un productor apícola local, expresó a LISTIN: «Hay que adentrarse en esas dunas para comprender la magnitud del desastre que se ha causado». Además, agregó: «El otro día me encontré con un hombre que estaba arando un área de 50 tareas y ya estaba instalando tuberías para realizar siembras».

«Al ver eso, pensé que se trataba de alguien poderoso, así que preferí evitar el encuentro», afirmó Martínez.

Otros afirman que desde un ministerio de Medio Ambiente «se otorgó un permiso dentro del área para que una persona cercara unos 4,000 metros de dunas con la intención de sembrar melones y sandías. Esta persona explotó 50 tareas en áreas protegidas».

Investigación

El lunes pasado, a las 5:00 de la tarde, durante un recorrido por la zona interna de Las Dunas Banilejas, cerca de la zona costera en el área conocida como La Laguneta o Los Guatapaná, se pudo observar el devastador efecto de la tala indiscriminada que ha arrasado con casi toda el área boscosa en unas 60 tareas de tierra a la redonda. El crimen ecológico se ha perpetrado con hacha, machete y sierras eléctricas. Además, se erigieron imponentes empalizadas que rodean perimetralmente extensos terrenos, algunos ya limpios y otros en proceso de despejarse para el establecimiento de parcelas que están destruyendo la flora y fauna endémica de la zona.

Leonel Peña, presidente de la Asociación de Criadores de Abejas (Apideca), expresó su preocupación durante un encuentro entre líderes comunitarios de Las Calderas al preguntar: «¿Dónde están las autoridades?». Lleno de indignación, Peña añadió: «Cuando salió esta noticia en primera plana en Listín, el principal periódico de este país, deberían haber arrestado a todos. Esas empalizadas deberían ser derribadas y esos pozos borrados».

La fauna en peligro

La iguana rinoceronte y el hurón, que habitan en esta zona, junto con cotorras, guaraguaos, zumbadores, barrancolies y otras especies, están perdiendo rápidamente sus hábitats naturales debido a la tala y el fuego indiscriminado provocado por manos criminales con intereses económicos. Esta devastación se propaga como una epidemia dañina que arrasa con todo a su paso.

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Fecha de Publicación: 25 abril, 2024