Día de la Maestra Jardinera: Karina cumplió el sueño de chica y hoy recibe el amor de sus alumnos y alumnas

La historia de vida de una maestra que nació en Villa Regina y da clases en la ciudad.

“De chica siempre quise ser maestra. El maravilloso mundo de nivel inicial no tiene un por qué, se ama, se vive, te atrapa. Todos los días aprendés, te involucrás, te sorprendés, te apasionás. Era y es mi vocación”, relata Karina Magnani, de 55 años, quien es profesora del Jardín de Infantes Integrado Nº28, en el marco del Día de la Maestra Jardinera que se festeja los 28 de mayo.

Nació en Villa Regina y, desde siempre, “me gustaron las y los chicos, el secundario lo elegí con orientación docente. Luego cursé la carrera en la UNCo y cuando me recibí, comencé a trabajar en mi ciudad”, comenta.

“Trabajamos desde la institución, con toda la comunidad. Esto posibilita una apertura para conformar un trabajo en equipo, con diferentes instituciones, sean públicas o privadas”, subraya sobre el vínculo que tiene con las instituciones.

Sobre las peores dificultades que tuvo que atravesar, Karina, recuerda que, “todos los días hay desafíos, pero debemos estar siempre atentos para diferenciar lo urgente, de lo importante”. Y agrega: “Cuando hay un verdadero equipo de trabajo, se logran superar y, sobre todo, se continúa aprendiendo para brindar lo mejor, como institución y como docentes”.

Los tiempos han cambiado mucho. Pero agradezco las enseñanzas de mis profesores porque fueron y son súper valiosas. Fueron la base de este proceso que sigue en construcción”, remarca.

En cuanto al trato que tiene con los alumnos, aclara: “Siempre respetamos sus individualidades. Cada uno o una es un mundo y cada día te sorprenden o enseñan algo. Desde un saludo nuevo, una pirueta, una canción, un baile, algo que aprendieron a hacer y que antes no podían, entre otras cosas”.

“Lo más complicado es la falta de empatía, organización y compromiso, desde muchos ángulos”, sin embargo, “lo más gratificante es estar con ellos, a quien no se le cae una lágrima cuando alguien te grita ‘seño’ o ‘esa es mi seño’ y salen corriendo a darte un abrazo”.

Y añade para quienes quieran seguir los mismos pasos de Karina: “Nunca bajar los brazos o decir no puedo”, porque siempre se alcanzan las metas.

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