Familia del kinesiólogo asesinado había advertido «irregular trato» al condenado, ahora prófugo

Figueroa, condenado a prisión perpetua por el crimen de Gramaglia, se escapó de una colonia penitenciaria en San Luis.

La familia de Darío Gramaglia, el kinesiólogo asesinado en 2004 por Carlos Alberto Figueroa, quien fue condenado a prisión perpetua por el crimen y el fin de semana pasado se escapó de una colonia penitenciaria en San Luis, había advertido a la justicia sobre el irregular tratamiento que recibía el ahora prófugo cuando éste solicitó en febrero pasado la semilibertad.

Al ser notificado en aquel momento del pedido de la defensa de Figueroa, Walter Juan Gramaglia, padre de Darío, presentó un escrito a través de su abogado José Luis Dopazo en el que se opuso a otorgar dicho beneficio al detenido por la peligrosidad de esa decisión, la falta de protección a sus víctimas y el “miedo” que se sumó a la irreparable muerte de su hijo.

Según el letrado, este escrito nunca fue resuelto por la justicia de San Luis que ya había permitido que Figueroa sea alojado en una colonia penitenciaria.

En esa presentación, la querella citó informes criminológicos que daban cuenta de “más de diez sanciones disciplinarias” -la última en 2022- y en los que constaban “vivencias amenazantes hostiles” de Figueroa, quien no mostraba “voluntad de trabajar” y no acataba “órdenes”; por lo que se sugería que la semi libertad fuese en el ámbito del Servicio Penitenciario puntano.

De acuerdo a esos informes, el detenido presentaba “descompensación anímica, regular trato con sus pares y maltrato a los miembros del servicio”.

“El solo otorgamiento ilegal de esos beneficios me permite presumir de alguna influencia superior que bien pueden ser algunas amistades políticas que Figueroa haya conservado de antaño”, señaló el escrito de la familia Gramaglia.

En esa presentación, el padre de la víctima sostuvo que “fueron muy pocos los que se atrevieron a contar quién era Figueroa y su entorno, de la gente del poder, de sus actividades, de sus negocios, de su forma de actuar, de la vida impune que llevaba”.

La familia Gramaglia indicó que entendía el sentido de la pena y la reinserción social de los condenados, pero sostuvieron que no correspondía el beneficio “con informes contradictorios, sin pericias psicológicas profundas que den cuenta que es capaz de hacer en semilibertad”.

Otro de los argumentos para oponerse a la semilibertad de Figueroa fue que en el juicio por el crimen se probó que el condenado “estaba vinculado a automóviles de ilegal procedencia, estupefacientes, la venta de cosas robadas, a no cumplir como empleado del Estado Provincial, a omitir el cumplimiento de obligaciones fiscales (y) al maltrato laboral”.

Figueroa (61) fue condenado a prisión perpetua en 2008 como autor del crimen del kinesiólogo oriundo de Córdoba, secuestrado y asesinado en 2004, en San Luis.

El domingo pasado, alrededor de las 9.30, se descubrió que el preso escapó de la Colonia Penal en la que estaba alojado desde hacía cinco años y que funciona como una granja para internos de conducta ejemplar.

El predio que depende del Servicio Penitenciario y está ubicado en el kilómetro 796 de la Autopista de las Serranías Puntanas, cercado por un alambrado simple y una tranquera a pocos metros de esa vía rápida.

Para el abogado Dopazo, Figueroa contó con “apoyo interno y externo” para poder escapar.

Fuente: Télam.