Ni Una Menos: luchas colectivas para conquistar derechos y exigir justicia por los femicidios que no cesan

A 6 años de la primera movilización, el colectivo Ni Una Menos convocó una marcha con los protocolos correspondientes y un #cartelazo en las redes sociales con reclamos por la violencia de género, las cifras de femicidios y trans travesticidios, y la aparición con vida del varón trans Tehuel de la Torre. Desde nuestras casas, pero con el corazón en las calles.

Este año se cumple el sexto aniversario de la masiva marcha de Ni Una Menos que surgió en junio del 2015 como punto de inflexión tras el femicidio de Chiara Páez en Rufino. Un grito de BASTA a lo largo y a lo ancho del país y un “Vivas nos queremos” que nos hizo caer en la realidad diaria. Como el colectivo lo explica: «Ni una menos nació ante el hartazgo por la violencia machista, que tiene su punto más cruel en el femicidio«.

En ese entonces, el tweet de la periodista argentina Marcela Ojeda «Nos están matando» fue el puntapié para que muchas otras colegas y mujeres de otros sectores se sumaran a la convocatoria.

Entre tantas pérdidas, es la primera vez que el aniversario de la manifestación se conmemora con la ley 27.610 vigente, que representa el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en el país. Con pandemia mundial de por medio y ante la falta de ocupar las calles de manera masiva para alzar nuestras voces y exigir derechos y justicia, #NiUnaMenos y distintas organizaciones de mujeres y del colectivo LGBTIQ+ formularon una agenda cargada de actividades virtuales e intervenciones a través de un #cartelazo. Además del reclamo urgente de la aparición de Tehuel de la Torre, varón trans desaparecido el 7 de marzo en la provincia de Buenos Aires, quien fue a buscar trabajo y no se supo más nada de él.

¿Desde donde venimos?

Es imposible remontarse al origen de la lucha por nuestros derechos e igualdad porque nacimos en una sociedad donde el Estado y el Capitalismo tienen sus raíces en el Patriarcado. Podríamos mencionar el derecho al voto, el divorcio, la paridad de género, las jubilaciones para amas de casas y la Ley Micaela, entre otras tantas conquistas. De “crimen pasional” pasamos a llamarlo por su nombre: femicidios, y lo logramos mediante una lucha por la reconstrucción diaria y colectiva.

Es verdad que desde el 2015 a la fecha, la conciencia masiva sobre el concepto de femicidio y la importancia de reconocer las violencias cambió, pero la tasa de femicidios no disminuyó, los medios de comunicación continúan siendo parte este sistema perverso de desinformación y negación de la realidad, y la justicia y la policia son complices. Según el observatorio Ahora que si nos ven desde ese año asesinan a una mujer cada 31 horas, pero se reduce a 28 horas si hablamos solo del 2021.

Según un informe realizado por el Observatorio de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMala) desde el 1 de enero hasta el 30 de mayo de este año se registraron un total de 143 muertes violentas de mujeres, travestis y trans. Aunque este número es tan solo una aproximación ya que no sabemos lo que sucede en cada rincón del país. Luego de recopilar los informes de la línea 144, LATFEM aseguró que en el 2015 los llamados pasaron de 1.000 por día a 13.700, con una demanda anual del 300%.

Movilización del 3 de junio del 2015. Fuente: Télam

¿Hacia dónde vamos?

En este 3J el colectivo expresó a través de su pagina: «Esta fecha sella un compromiso con la construcción de un movimiento poderoso, hecho de redes políticas de afecto y solidaridad» y agregaron: «La libertad es parte de lo que llamamos vida, porque la autonomía económica y el derecho son dimensiones ineludibles«. Este grito de #NiUnaMenos se extendió por el mundo con el fin de exigir políticas públicas y compromiso social para terminar con la violencia.

Si de medidas políticas hablamos, el 10 de diciembre de 2019 se creó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad bajo la presidencia de Alberto Fernández y el cargo de Elizabeth Gómez Alcorta. En este sentido Dora Barrancos, socióloga e historiadora feminista y actual asesora presidencial, en comunicación con Noticias d, explicó: «Erradicar los feminicidios en nuestro país es un desafío inconmensurable. Pero este flagelo brutal está siendo enfrentado por una enorme cantidad de políticas a través del Plan Nacional contra la violencia de género que articula el Ministerio para ir eliminando las violencias contra las mujeres y las personas de diversa identidad. Es un plan que efectivamente requiere una serie de implementaciones y aspiramos a que a lo largo del tiempo esas políticas rindan, sobre todo en materia de prevención, y podamos al menos limitar a mínimas expresiones el flagelo monstruoso de los femicidios”.

Las políticas comenzaron a hacerse realidad, como el Programa Acompañar, pero aún no alcanzan porque cada vez nos arrebatan la vida de más mujeres. Si bien, este ente no se puede analizar de manera aislada, la politóloga e integrante de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, Martina Ferretto realizó una reflexión personal al respecto: “No puede recaer todo este trabajo en un solo ente para desterrar esta cultura donde el Estado se ha encargado de arraigar muchas de estas. Las compañeras comprometidas que están en los organismos del Estado tienen un desafío enorme porque se enfrentan a grandes resistencias. es algo sin dudas relevante y trabajoso”.

La autonomía sobre nuestros cuerpos es una conquista que festejar en esta jornada de lucha, pero hay una agenda urgente y cargada de reclamos:

  • Ley de cupo e inclusión laboral travesti trans y de la mano la implementación de políticas de prevención contra femicidios, travesticidios y transfeminicidios.
  • La implementación efectiva de la Ley de IVE, la Ley de parto respetado, la ley de los 1000 días y el cumplimiento de la ESI.
  • Mayor cantidad de recursos y vacunas para las trabajadoras socio-comunitarias de los barrios populares.
  • La fundamental eliminación de la violencia económica.
  • Una reforma judicial feminista.

No nos defienden, nos siguen violentando

La última demanda mencionada parece ser la nueva meta de los movimientos de mujeres ya que existen cientos de miles de ejemplos en los que quienes ejercen los cargos judiciales fallan a favor de los abusadores, violadores y femicidas. Al fin y al cabo quienes deben defendernos, nos siguen oprimiendo. En esta línea, Barrancos explicó: “Antes de la reforma judicial, es necesario modificar el plan de formación de las profesiones jurídicas que están muy desapegadas de la realidad. La enseñanza del derecho en Argentina solo capilarmente incorpora perspectiva, es por ellos que antes que nada necesitamos una reforma curricular”. 

Como bien expresó Ferretto: «Todo lo que es del Estado conlleva intervención, y el mismo Estado interviene en la vulneración de derechos, ya sea por acción u omisión. No es un accionar inocente, tiene obligaciones y responsabilidades que no puede ni debe desligarse y no importa la gestión que gobierne”. Es por ello que para evitar las violencias y femicidios es necesario una perspectiva integral y transversal, incluso pensar en otros fueros y una capacitación regular, densa y continua para todas las personas que actúan en el sistema.

Según una encuesta desarrollada por La Colectiva de Trabajadoras Judiciales el 95% de las mujeres del Poder Judicial sufrió violencia de género laboral. Además, solo el 27% hizo la denuncia, el resto no la realizó por desconfianza en el sistema, y en el 88% de los casos denunciados el agresor no recibió sanción ni fue trasladado.

El rol del varón

La lucha por la igualdad requiere de un compromiso social mediante la deconstrucción que no distingue géneros. Es ahí donde entra el juego del rol del varón en los movimientos feministas y disidentes. Es importante destacar que ellos también son partícipes: tanto por ser -en un gran porcentaje- quienes nos matan, ejercen violencia y abuso sobre nosotras, así como también, la repercusión del machismo y las masculinidades en su cotidianeidad.

De eso se trata el compromiso social de los varones: la urgencia de la detección e intervención ante actos machistas en todos sus vínculos y situaciones diarias. Para poder mejorar como sociedad es necesario repensarnos y replantearnos nuestro accionar y el de quienes nos rodean.

Si sos un varón que ejerce violencia podés comunicarte de lunes a viernes de 9 a 17 con la línea Hablemos al 0221-602-4003 y también consultar la página del Instituto de Masculinidades y Cambio Social.

Los pasos que siguen son y serán feministas

La asesora presidencial aseguró que quienes rechazan la lucha del movimiento feminista: “Efectivamente abdican de una formulación fundamental en la vida de la especie: la acción colectiva. Porque finalmente solo colectivamente se adquieren derechos, no es de manera individual. Creo que tiene un profundo contenido de practicidad y pragmatismo las reuniones con otras, otros, otres en términos de hacer agenda”. E hizo un llamado a la militancia: “Hay que sumarse a las expresiones colectivas para incrementar derechos”.

En esta era de la posmodernidad donde el tiempo, las nuevas tecnologías y formas de comunicar cambian los paramentaros de revolución, la politóloga Ferretto aseguró que el movimiento feminista es el mas grande y poderoso del mundo, ya que crece desde hace años, acumula aprendizaje y estrategias. Su capacidad de ofrecer una forma de ver, ser y hacer es lo que lo hace revolucionario. “Sobre todo su capacidad holística de abrazar tantas luchas. Los feminismos latinoamericanos y caribeños en particular que aportaron las visiones no hegemonías de hacer y posicionarte políticamente”, finalizó.

La agenda feminista no cesa: para el próximo jueves también se espera una Asamblea feminista Latinoamericana, organizada por el colectivo, que se emitirá por su canal de YouTube de Ni Una Menos a las 19. Como finalizó Ferretto: “Los pasos que siguen son y serán feministas hasta que caiga el patriarcado. No lo digo románticamente, sino en términos de que toda reforma, reivindicación y revolución feminista es necesaria«. 

Cuando una mujer se asume como feminista lejos esta de las alegrías y festejos debido a que cada suceso cotidiano comienza a interpelar y dejar en evidencia todas las injusticias vividas. El feminismo es desgarrador, pero ahí esta la sororidad como herramienta ante la rabia que nos corre por las venas. Lo importante es no corrernos del objetivo y nutrirnos de perspectivas diversas porque el enemigo sigue siendo fuerte y poderoso. Los movimientos y organizaciones de mujeres y disidencias son el espejo de la lucha y la contención: no nos cuida la policía, la justicia, ni el Estado, pero nos tenemos. No queremos suerte, nos queremos vivas, libre y sin miedo.

Contenido provisto por: Sofía Llamedo