Olacapato: el pueblo más alto de Argentina revela su encanto

En el remoto corazón de la provincia de Salta, se yergue un enclave singular que desafía las alturas y abraza su legado ancestral con tenacidad.

Olacapato, el pueblo más alto de Argentina, emerge como un testimonio vivo de la resistencia humana frente a los rigores de la naturaleza. Construido a una altitud impresionante de 4.100 metros sobre el nivel del mar, este pintoresco pueblo enfrenta desafíos cotidianos que van desde la escasez de agua potable hasta la limitada infraestructura eléctrica, a pesar de su cercanía al Parque Solar Caucharí, el epicentro de energía renovable más grande de Sudamérica.

Dotado de una población de aproximadamente 250 habitantes, que se incrementa temporalmente durante ciertas épocas del año con trabajadores estacionales, Olacapato es un ejemplo de resiliencia comunitaria en medio de un entorno implacable.

La plaza «Tata Gorgo» de Olacapato

Ubicado en un valle rodeado de imponentes montañas y volcanes inactivos, Olacapato ofrece un espectáculo visual único, donde las viviendas de adobe se funden con el paisaje árido de la puna salteña. La plaza «Tata Gorgo», inaugurada en 2021, es un símbolo de la identidad y la historia arraigada en esta comunidad.

La historia de Olacapato se entrelaza con la minería, que ha sido su principal motor económico a lo largo de los años. Desde sus humildes comienzos hasta su evolución actual, marcada por un esfuerzo colectivo y un profundo respeto por la naturaleza, este pueblo ha sabido prosperar en armonía con su entorno.

Desde sus calles empedradas hasta su iglesia centenaria, cada rincón de Olacapato respira la esencia de un pasado ancestral. El legendario volcán Nevado de Quehuar, que se alza majestuoso a 6.130 metros sobre el nivel del mar, es testigo silente de la conexión profunda entre el pueblo y su entorno natural.

Sin embargo, la vida en Olacapato no está exenta de desafíos. La escasez de agua potable y la limitada conectividad son obstáculos que la comunidad enfrenta con determinación. A pesar de ello, el espíritu emprendedor y la hospitalidad son valores arraigados que impulsan el desarrollo sostenible y la preservación del patrimonio cultural.

Con una visión de futuro que abraza la mejora continua y el desarrollo responsable, el pueblo más alto de Argentina se erige como un faro de esperanza en lo más alto de los Andes argentinos, donde la grandeza de la naturaleza se fusiona con la fortaleza del espíritu humano.

Crédito foto de protada: Ricardo Pistupluk – La Nación.

Fecha de Publicación: 15 abril, 2024