La historia detrás del Faro Les Eclaireurs

Visita ineludible de Ushuaia, se lo asocia erróneamente con “El faro del Fin del Mundo”, la novela de Julio Verne. Aquí su historia.

Once metros de alto y tres de diámetro pintados con dos franjas rojas y una blanca intercalada. El faro Les Eclaireurs, que significa Los Exploradores, se eleva sobre la isla de piedra. Se erige como una postal.

Construido de ladrillos y puesto en funcionamiento el 23 de diciembre de 1920, el faro le debe su nombre al navegante Louis Ferdinand Martial, un oficial de la marina francesa que comandó una expedición denomina La Romanche en Tierra del Fuego entre 1882 y 1883.

El emblemático faro situado en el Canal Beagle ha devenido en una visita ineludible en Ushuaia. Los barcos que llegaban a la isla con suministros y provisiones hicieron urgente la necesidad de una señal luminosa. Más de cien años después el faro Les Eclaireurs sigue iluminando contra viento y marea.

Tal ha sido la popularidad obtenida por este quijote que se lo ha asociado con la novela de Julio Verne que lleva por nombre “El faro del fin del mundo”. Sin embargo, ese faro, en el que transcurre la obra del autor francés, está ubicado en la Isla de los Estados, en el Cabo San Juan de Salvamento.

Los sistemas de navegación se han modernizado, sin embargo, los faros perduran. Sus colores y la disposición de las franjas están vinculadas con un código de navegación que en el caso de Les Eclaireurs le indica al navegante que debe rodearlo por el este.

Nacido de una necesidad imperiosa por favorecer el crecimiento de la ciudad, el faro ubicado en el Canal de Beagle sigue girando, ahora a distancia y con paneles de luz solar. La linterna está ubicada 22,5 metros sobre el nivel del mar y tiene un alcance de 14 kilómetros.

Hasta allí se acercan miles de turistas año tras año, transformando al faro en un ícono de la ciudad. Canta Jorge Drexler, “Gira el as de luz para que se vea desde altamar / Yo buscaba el rumbo de regreso sin quererlo encontrar / Pie detrás de pie iba tras el pulso de claridad / La noche cerrada apenas se abría se volvía a cerrar / Un faro quieto / Nada sería / Guía mientras / No deje de girar”.

El faro Les Eclaireurs, turísticamente conocido aunque erróneamente bautizado el Faro del Fin del Mundo, cada 10 segundos se anuncia. Late y en cada pulso cuenta una historia.