Las mesas de Navidad y Fin de Año suelen estar repletas de comida y bebidas. En pleno festejo y en familia, uno tiende a darse permitidos y muchas veces terminamos con algún malestar.

Lo ideal es evitar los atracones y controlarnos, pero si caemos en la tentación, hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones para que no nos afecte a la salud.

Hidratación

En principio, es importante limpiar el organismo, principalmente por el alcohol y la mesa dulce de las fiestas. Para este punto es fundamental hidratarse y tomar una buena cantidad de agua pura o saborizada en casa. También se puede recurrir a infusiones frías como té verde, manzanilla, tilo y boldo, que favorecen la digestión y ayuda a eliminar toxinas. En cambio, hay que dejar de lado las gaseosas y jugos artificiales.

¿Qué hago con la comida que sobró?

Si sobró comida en abundancia, por supuesto que no hay que tirarla. Lo mejor es administrarla, freezar lo que se pueda y lo que no consumirlo en los próximos días, pero reducir las porciones.

En estos casos, no es que se deba comer menos, sino acompañar esa porción más pequeña con una ensalada como guarnición, ocupando la mitad del plato.

Cabe destacar que bajo ningún punto de vista hay que dejar de comer para recuperarse. Por el contrario, hay que mantener un equilibrio y sumar a la dieta alimentos saludables y reducir las porciones de la comida más pesada.

Además, los expertos en salud recomiendan respetar las cuatro comidas del día y 2 colaciones (si es que el cuerpo lo demanda). Este proceso llevará aproximadamente 10 días, hasta que el cuerpo se desintoxique por completo y el cuerpo se acostumbre de vuelta a sus hábitos saludables.