Ariel Luxen, el artesano que encontró en el reciclaje una forma de vivir

El bellavistense habló con Noticias d y contó de dónde viene su pasión por recuperar objetos en desuso para poder transformarlos.

La creatividad es un don que no muchas personas tiene, al igual que el poder de nuestra mente y de nuestras manos para reconvertir un objeto en desuso y tal vez ya inservible para su función original. Quien sí tiene puede hablar de este talento es el bellavistense Ariel Luxen, quien descubrió la forma de combinar esa capacidad con un modo de ganarse la vida.

Ariel aprendió a soldar y a trabajar los materiales en la secundaria, cuando era un estudiante. Su amor por las antigüedades y por reciclar objetos le abrió una puerta en el mundo de la artesanía.

Trabaja en el taller que tiene en el fondo de su casa donde fabrica artesanías con hierros, partes de motos, bujías, cadenas, pistones, amortiguadores y máquinas de coser. Todos estos elementos que ya no sirven, Ariel los reconvierte en adornos para jardín, centros de mesa, mesas ratonas, guitarras para adornar una academia de música, entre otras.

El artesano nos contó que tardó algún tiempo en dedicarse de lleno a esta actividad y que hoy no le paran de llegar pedidos. Tiene un Facebook llamado “Un viaje al pasado», donde las personas pueden ver todo su arte.

Invitación a la feria y la oportunidad de darse a conocer

Ariel contó que su actividad artística comenzó hace 3 años y que, en el medio, fue invitado a la feria de artesanos donde pudo, de a poco, dar a conocer su trabajo. “Después de mostrar mis trabajos en el almacén virtual de la Municipalidad me llamó mucha gente”, recordó.

Si bien humildemente no quiere rotularse como artista, Ariel contó que siempre que ve algún material desechado imagina qué podría hacer con eso: “Trato que mis trabajos sean 100% reciclados, voy por la ciudad viendo donde hay algún pedazo de hierro o alguien que no necesite un material para hacer mis trabajos”.

“Pienso que haciendo estas cosas ayudo un poco a que estos materiales no terminen en un basurero. Trato de contribuir con la limpieza del espacio público y de que las personas que me compran lleven algo lindo y funcional”, sintetizó el artesano.

Entre sus trabajos más pedidos se encuentran los perros hechos con amortiguadores. También son muy pedidos los insectos, que sirven de decoración para los jardines.

Para cerrar, Ariel dijo que él solo le agrega un pequeño valor al costo del trabajo para que a la gente no le sea imposible comprar sus artesanías: “Trato de no ser exagerado con los precios, busco que la gente pueda llevarse lo que quiere”.

Contenido provisto por: Fernando Solis Rinas
Te puede interesar