El profesor Antonio Villagra tiene casi 70 años, contó como su pasión y talento en el fútbol le abrió la oportunidad de estudiar y ser profesor de Educación Física. Él mismo reconoce esto cuando dijo que «el fútbol lo salvo«, si bien él tenía su oficio de plomero, fue gracias al deporte que tuvo trabajo fijo y hoy puede tener su jubilación.

Villagra nació en Misiones en una familia humilde, su padre era marinero que fue trasladado a Bella Vista y vivía en una casa por calle Córdoba cerca de la costanera, en ese momento era todo de tierra. En un pequeño baldío empezó a jugar junto a sus vecinos y hermanos. En ese mismo lugar se entrenaba San Martin, club donde empezó a jugar. Una vez, a los 13 años, faltó uno y lo mandaron a jugar a la primera, ese fue el inicio.

Pasó el tiempo y el joven Villagra ya jugaba en la primera de San Martin cuando el club decidió fusionarse con otro llamado Plaza Mitre para formar el Club Sportivo Unión. “No quise jugar más porque yo era loco por San Martin y no estaba de acuerdo con eso”, explicó. Ahí fue que el jefe del INTA y le ofreció jugar para ese club y trabajar al mismo tiempo en la dependencia nacional, más tarde también tendría un paso por Citrex, donde jugaría un amistoso contra Unión de Santa Fe.

Con respecto a esto, Antonio dijo que justo le salió el sorteo del servicio militar y estaba esperando que lo llamen ya que tenía 20 años. En 1975 fue convocado a cumplir y se lo trasladó al regimiento de Monte Caseros. Allí, algo le iba a cambiar la vida.

Su formación docente

Estando en cumplimiento del servicio militar, uno de sus superiores le vio condiciones para el deporte y lo tomó como ayudante para las clases de educación física de una escuela de la localidad. Al mismo tiempo jugaba en el Club Jorge Newbery, que era un equipo que tenía el ejército inscripto en la liga. También, fue convocado para jugar en la selección local. “Haciendo de ayudante en una escuela primaria, yo les enseñaba a los chicos a pararse en la cancha de vóley, a servir y a recibir la pelota. Es ahí donde mi superior me dijo que me veía con capacidad de docente y eso me quedó”, recordó.

Una vez terminado su servicio militar, volvió a Bella Vista. Ya no estaba su padre que había fallecido y en su casa había que trabajar. Esto hizo que Antonio se traslade a Corrientes a buscar trabajo. “Fui a Corrientes a trabajar, en ese momento había muchas obras y yo sabía plomería, así que trabajaba de eso. Ahí empecé a estudiar el profesorado medio día”, relató Villagra.

Es en el profesorado donde le ofrecieron jugar a cambio de una beca. Esto le ayudaba a costear sus estudios. Cuando terminó el segundo año, con el título de maestro de Educación Física, comenzó su carrera en la escuela 808 de Corrientes. Posteriormente, al terminar tercer año y lograr su título de profesor, le dieron la posibilidad de volver a Bella Vista con dos cargos y no lo dudó..

Profesor y Director de Deportes

Al regresar a Bella Vista, tenía tanto trabajo que no sabía más como acomodar sus horarios. “Un día me llamó el Intendente Vaccaro y me ofreció ser Director de Deportes. Entonces empecé a dar mis clases de secundaria en el complejo polideportivo, así podía atender mis funciones en la Municipalidad”.

Sobre esa etapa, Villagra recordó que trataba de que la cancha de fútbol del complejo este siempre impecable para desarrollar actividades ahí. “Una vez que empezaron a hacer la Fiesta de la Naranja destruyeron la cancha y entonces decidí renunciar porque no me gustaba no poder tomar decisiones”, comentó. Luego de eso, fue director del Centro de Educación Física y de la escuela técnica hasta que se jubiló en el año 2015.

Para finalizar, contó que ya no juega el fútbol por una lesión en los ligamentos, solo trata de hacer una rutina de caminata y trote para mantenerse. “Mi etapa en el fútbol y la docencia ya terminaron. Hay que dejar el camino para las nuevas generaciones, tengo para instalar una cancha de fútbol 5, pero no encuentro el lugar”, aseguró Antonio que afirmó que admira mucho la capacidad de reinventarse de las generaciones jóvenes.