La historia de Julia: un trágico femicidio antiguo

La joven quedó inmortalizada por su padre en una estatua que está exhibida en el museo histórico.

A fines del siglo 19, Bella Vista era un poblado pequeño donde todos los vecinos se conocían. Esta historia le ocurrió a Julia de buena posición económica, cuyo padre tenía un almacén de ramos generales.

La familia De Negri, que no tienen parentesco con los tocayos de apellidos que habitan la localidad en la actualidad, eran propietarios de un almacén de ramos generales en el edificio que hoy ocupa la Escuela Especial N° 22 «Pedro Merello», en la esquina de las calles Buenos Aires y La Rioja. El jefe de la familia era un hombre altruista, quien donó mucho dinero y objetos a la construcción de la parroquia de la Virgen del Cármen, la principal de la ciudad.

Según cuenta el relato que se transitió de boca en boca, este hombre tenía una hija llamada Julia. La misma llamó la atención de un peón, quien al ser rechazado por la joven, tomó la decisión de secuestrarla. Al tener la resistencia de la misma, sacó un cuchillo y la asesinó. El hombre al ver lo que hizo, intentó ocultar el crimen prendiendo fuego el almacén y destruir las evidencias. Sin embargo, el fuego alcanzó los barriles de pólvora, un producto muy solicita en la época, y esto provocó una terrible explosión.

Luego de esta tragedia, el cura de esa época, le ofreció al padre de Julia enterrar a su hija abajo del altar que el hombre había hecho construir en la nave derecha de la iglesia. Tiempo después, el señor De Negri mandó a inmortalizarla en una estatua con el rostro de ella y en una figura muy parecida a Santa Filomena, pero con el rostro de ella.

Esta imagen la colocaron en el establecimiento junto a la cripta de la joven Julia, pero al no ser una santa canonizada, no podía estar allí. La historia de la imagen llegó a las altas jerarquías de la Iglesia, quienes ordenaron retirar la figura para evitar que se forme un culto. Según se supo, el símbolo estuvo escondida en el lugar hasta que el museo histórico de la ciudad la rescató y conservó como parte de la historia de Bella Vista, de su gente y del pueblo.

Contenido provisto por: Fernando Solis Rinas
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