De Godoy Cruz a recorrer los mares: la historia de Abel Salva

Abel Salva nació y creció en el departamento. A los 16 años entró a la Armada y desde entonces su vida es una aventura.

Cuando uno vive entre montañas, muchas veces sueña con el mar. Abel Salva se encontró con un folleto, pensó en el mar y se embarcó, literalmente, en una ventura que muchos años después aún continúa.

Abel Salva tenía 16 años. De ese tiempo ya pasaron casi cuatro décadas, cuando le dijo a su madre que quería estudiar en la Armada Argentina.

«Ingresé porque me gusta el uniforme», le dijo a Gaceta Marinera, con una sonrisa sobre su rostro.

La madre le dio el gusto. Firmó la autorización necesaria ya que ese joven Abel era menor de edad y viajó a hacer su ingreso a la institución. Era 1985 y Argentina no hacía mucho que había renacido democráticamente.

39 años después y muy cerca de retirarse, Adán es Suboficial Mayor de especialidad Mar. «Mi función es velar por la gente, por el personal, por su salud, resolver las inquietudes y necesidades que le puedan llegar a surgir», explicó.

Desde los 18 años, el godoicruceño visita países y navega. Una de sus principales experiencias fue a bordo de la fragata Libertad. En ese sentido, definió: “Ese viaje me ayudó a crecer, porque era muy chico y me sirvió para amar aún más a mi país”.

Por si eso fuese poco, es también uno de los pocos argentinos que conoció la Antártida. Lo hizo a bordo del rompehielos ARA «Almirante Irízar».

De Godoy Cruz al mar

Abel nació y creció en Godoy Cruz. Antes de ir a la Armada, solamente conocía el mar por fotos o televisión. Fue recién a los 18 años que tuvo la experiencia de navegar sobre este y fue a bordo de la Fragata Libertad.

Esa experiencia le pareció muy buena pero no fue lo único que lo impactó. «Venía de una provincia muy linda pero me resultó imponente conocer la gran ciudad», detalló.

«La camaradería y el hecho de trabajar a la par es lo que más disfruto del ámbito naval», dijo y manifestó que una ve que se retire, la idea es volver a su ciudad natal y estar rodeado de su madre, hermanos y sobrinos.

No irá solo. Mientras hacía su carrera en la Armada, Abel se casó y tuvo 9 hijos, que tras una foto lo acompañaron siempre en sus viajes.

Contenido provisto por: Daniel Calivares