La Tía Rada, un ícono de la gastronomía casera mendocina

Este bodegón es una parada obligada para todos los amantes de la comida casera.

Godoy Cruz tiene un punto histórico y gastronómico en la esquina de Paso de los Andes y Francia: La Tía Rada.

Este lugar es elegido por miles de mendocinos, ya que su comida casera es un deleite y “obliga” a cada comensal a volver.

El plato fuerte de La Tía Rada son las milanesas, pero durante la semana hay una variada carta que recorre diferentes puntos de la gastronomía.

Milanesas con papas fritas: el plato fuerte de La Tía Rada.

Este “templo” de la comida casera ya tiene más de 30 años, gracias al esfuerzo de Martha Manrique, la cara visible de este este negocio. Allí trabaja toda una familia; sus hijos René (58), Rubén (62) y Marisa (34), además de sus nietos.

Martha vive en Villa Hipódromo y tiene 81 años. Desde siempre estuvo vinculada con la gastronomía. Pasó por varios lugares hasta que se hizo cargo de Rada III, un restaurante propiedad de tres hermanos.

Los números hicieron que le cedieran a Martha el restaurante para que lo trabaje, tenga un ingreso y que les pague un especie de alquiler. Esa fue la oportunidad para que toda la familia comience a trabajar.

“Comenzamos desde cero. Trabajábamos tres mujeres: mi mamá, una prima y yo. Vendíamos pizzas, empanadas y lomos«, todo lo que ella siempre había trabajado en el lugar. Todo fue de a poquito, desde muy abajo. En mi caso, pasé por la caja, fui moza y bachera, todo lo que se necesitaba”, recordó René, una de las hijas de Martha.

Martha, el alma máter de La Tía Rada.

“En una época abríamos las 24 horas. Fueron dos o tres años con desayuno, almuerzo, media tarde y cena, porque era el único negocio que había en la San Martín. Cuando venían los chicos de los boliches de la San Martín Sur pasaban y nosotros teníamos abierto. Vendíamos bastante, especialmente los sábados a la noche. Y ahí se sumó a trabajar mi hermano Rubén”, relató.

La crisis del 2001 los obligó a mudarse del microcentro mendocino, a la esquina de Paso de Los Andes y Francia de Godoy Cruz. Pero nada fue fácil.

Los dueños de la marca Rada III le ofrecieron comprar el fondo de comercio, pero había que hacer un esfuerzo y se hizo: hipotecaron su casa y compraron “la llave”.

Ya siendo propietarios de la marca decidieron cambiar el nombre y así fue como nació La Tía Rada.

Ya instalados en ese punto, necesitaban diferenciarse del resto de los lugares de gastronomía que había en la zona y por eso decidieron adoptar la forma de trabajar de los bodegones: la abundancia.

Así fue como las milanesas con papas fritas de La Tía Rada se hicieron conocidas en toda la provincia y el “boca a boca” provocó una explosión social, al punto que todo mendocino, alguna vez, comió en esa esquina.

Sobrevivir al coronavirus

La situación que estamos atravesando con la pandemia de coronavirus generó una baja en las ventas, pero acá nadie dejó de remar.

“Acá lo difícil es pagar los impuestos, toda la ganancia se va en tantas cosas… La peleamos todos los días con mucho sacrificio”, aseguraron.

Por esa razón es que La Tía Rada sacó las mesas a la vereda, cumpliendo con todos los protocolos sanitarios, y también instaló el “Pase y lleve” para seguir trabajando. Cualquier mendocino puede pasar por allí de de lunes a domingo, de las 10 de la mañana hasta las 23 hs.

Contenido provisto por: Rodrigo Olmedo