5 motivos para visitar la Bodega Caelum en Luján de Cuyo

Sin lugar a dudas, el enoturismo es uno de los principales atractivos de Mendoza y, recorrer sus bodegas, una de las experiencias más enriquecedoras. ¿Por qué recomendamos Caelum? Conozcamos su historia.

Si hay un lugar que no se puede dejar de visitar en Luján de Cuyo, es la Bodega Caelum. Tanto lugareños como turistas pueden disfrutar de una gran variedad de vinos en un entorno familiar y amigable.

Junto a su madre y hermano, Constanza Pimentel abrió las puertas de la Bodega Caelum, allá por 2009. «Mi madre, ingeniera agrónoma, comenzó en 1990 con la plantación de pistachos en nuestra actual finca. En el año 2000 continuó con el cultivo de vides de las variedades Malbec y Cabernet Sauvignon», cuenta Constanza, responsable de turismo, marketing y comunicación de la bodega.

«Durante el período en que fuimos únicamente productores, la calidad de nuestras uvas era ponderada por las bodegas clientes. Eso motivó a la inversión y al proyecto en familia, cada uno con su rol ocuparía un papel en la parte productiva y comercial», agrega.

Al principio no fue fácil. La elecció de proveedores de insumos y servicios los hizo trastabillar. Pero eso no los detuvo y hoy son una bodega afianzada.

Ahora bien, ¿cuáles son las principales características que enaltecen la propuesta de la Bodega?

1- Sus degustaciones

De lunes a sábado, la bodega cuenta con degustaciones que incluye entre  4 y 5 vinos, pistachos y un breve recorrido por el lugar, donde se explica el proceso y la historia de la familia y el proyecto.

Para poder realizarlo se necesita una reserva previa, que bien podría hacerse al teléfono 261 699 2890.

2- Su vino estrella

El Caelum Fiano Gran Reserva es el más pedido por sus clientes. «Es un varietal italiano blanco, única en Argentina. El vino fermenta en barricas de roble francés y tiene 12 meses de crianza», especifica Constanza.

3- Sus otros vinos

La bodega cuenta con otras etiquetas recomendadas, como el Caelum Malbec Gran Reserva, Caelum Blend Gran Reserva y Nuvola Dolce Malbec.

4- Un emprendimiento familiar

«Nuestra bodega elabora 70 mil botellas al año. En total somos 15 personas trabajando entre bodega, viñedos y pistachos», explica Constanza.

5- Su arquitectura

«La arquitectura de la bodega es amigable con el entorno. Incluimos piedra de canteras locales, madera y carpintería de metal. Además, la instalación cuenta con mucho vidrio a través del cual se puede apreciar la vista desde nuestra sala de degustación y la sala de producción», cuenta Constanza.

Además, la bodega hace su aporte al cuidado del medio ambiente. «Pretendemos seguir trabajando en minimizar nuestro impacto, siempre tuvimos esa meta en nuestra cabeza», dice Constanza y agrega: «También, seguir promoviendo la elaboración de vinos más naturales, partiendo de viñas que fueron tratadas prácticamente sin aditivos, y experimentando con levaduras indígenas».

Contenido provisto por: Fernanda García Arroyo