El avance de la pandemia de coronavirus afectó seriamente la economía de los jardines de infantes. Tal es el punto, que muchos tuvieron que optar por cerrar sus puertas. 

Este es el caso del jardín El Nidito, uno de los más antiguos del departamento de Maipú. Con 35 años de servicio a la comunidad, este espacio que albergó durante tantos años a niños de entre 45 días y tres años cerrará sus puertas.

A fines de julio, los directivos tomaron la decisión, ya que no lograron mantener el sueldo de los 16 docentes que tenían a su cargo. Y es que con el paso del tiempo las familias dejaron de pagar las cuotas y las deudas fueron en aumento. 

María Rosa Rosales es una de las responsables del Nidito y trabaja desde hace 25 años en el jardín de calle Ozamis. Primero lo hizo como docente y luego como directiva junto a Natalia Basili. La directora contó a Noticias d lo difíciles que fueron estos meses para la institución. 

“Con la pandemia cerramos las puertas el 16 de marzo, cuando el año académico estaba comenzando. A partir de ahí tuvimos que hacerle frente económicamente como pudimos”, explicó Rosales. 

Luchar hasta el final

La directora comentó que al principio los padres abonaban la cuota -la que redujeron-, pero después se volvió complicado también para las familias pagar el jardín, ya que muchos debieron cerrar sus comercios por decreto presidencial. 

“Mes a mes fuimos recibiendo cada vez menos ayuda de los papás y eso fue haciendo que nuestros gastos fijos se vieran afectados. Y, si bien el Gobierno pagaba el ATP, para algunos docentes no era lo suficiente porque era la mitad de su sueldo”, dijo la responsable del jardín. 

Por otra parte, las responsables de la institución tenían que pagar el alquiler del lugar, impuestos varios y el seguro para los niños.

“Estuvimos cuatro meses tratando de sostenerlo hasta que, sin ninguna respuesta, tuvimos que cerrarlo a partir del mes de agosto”, expresó con tristeza la ex docente. 

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Además, tuvieron que afrontar los juicios de docentes que se quedaron sin trabajo. Al respecto indicó: “Estamos vendiendo las cosas que nos quedan para poder pagarles a los docentes que nos iniciaron acciones legales”. 

Y agregó: “Quedamos endeudadas y 16 docentes sin trabajo, teniendo en cuenta que algunas son sostén de familia. Natalia y yo no pudimos cobrar nuestro sueldo, por así decirlo, desde el año pasado”. 

Ante esta situación, las directoras del Nidito expresaron su malestar ante la falta de ocupación de parte de los gobiernos y explicaron que no se sintieron contenidas ante esta situación. 

“Se entregaron petitorios y protocolos al Gobierno y las respuestas nunca son claras. La pandemia está en un momento complicado, pero a nosotras nos atravesó desde otro lado, desde lo económico”, cerró Rosales.