Era analfabeta, trabajaba cosechando y hoy enseña economía luego de que su padre se lo prohibiera

Carmen Villegas Rosas supo que su lugar en el mundo era la educación desde muy pequeña, pero los contratiempos hicieron que se recibiera de adulta.

Carmen Villegas Rosas tiene 57 años, es de Maipú y su camino hacia la educación fue largo. Hija de una familia rural fue obligada a cosechar aceitunas en una finca de Barrancas a muy corta edad.

Un poco más de cerca

A los 8 años escapaba de sus tareas para ir a la escuela, hasta que su padre la descubrió y le prohibió volver a la educación. Su vida estuvo atada a lo que el mandato familiar decía, hasta que a los 15 años pudo irse de su casa.

Desde ese momento vivió con su abuela y trabajó en varios rubros para poder sobrevivir. Ella en el fondo sabía que su destino era algo más que solo ser cosechadora o empleada. Con todas sus fuerzas logró salir adelante y deja una infancia llena de dolor y sumisión atrás. Carmen dice que pese a todo no hay reproches sobre lo que le tocó.

Ya un tiempo después, casi analfabeta y con escasos recursos económicos conoció al gran amor de su vida, Daniel, quien se convirtió en su nueva familia y con quién tuvo tres hijos.

Los años pasaban y era un pesar su ignorancia o dificultad para llenar un formulario, se avergonzaba de su condición al tener hijos que ayudar. A los 36 años uno de sus hijos la impulso a estudiar en el CEJBA “Dr. Humberto Notti” de Maipú, donde mucho tiempo después se desenvolvería como profesora de la institución que le dio sus primeras herramientas.

Su educación como profesora de Economía también fue en Maipú, en el Instituto IMEI.

Actualmente tiene más de 10 años de docencia y por elección o casualidad todos sus estudiantes son adultos. Carmen no cree que su historia se la más dura, pero si cree firmemente que con convicción se pueden lograr muchas cosas.