«Recuerdo que un compañero de apellido Sivori me llamó para dirigir un interescolar en la Escuela Agrotécnica. Con el tiempo me enteré que fue la quinta persona que llamó. No tenía media, no tenía pantalón, agarré un buzo, lo corté y usaba como pantalón. Con ese mismo pantalón debuté en primera y dirigí en veteranos», contó Gabriel, quien esta semana debutó en la Primera A de la Liga Rosarina.

Desde ese torneo pasaron 9 años de carrera que lo llevaron a dirigir en distintos puntos de la región. «Fueron muchos partidos importantes que pude dirigir, pero el más importante fue en el año 2016 cuando dirigí la final del provincial entre Central Goya y un equipo de Mercedes. Después, fue las finales de ascenso que dirigí y una supercopa correntina entre Huracán de Goya y Madariaga. Además de que pude jugar Copa Argentina», recordó Bertran.

Llegada a la Liga Rosarina

«El camino fue muy complejo, pero en síntesis: un amigo mío, quien hizo el curso de árbitro nacional, fue quien me tentó para venir y cuando se dio la oportunidad vine. Acá estaban esperándome y ese fin de semana que llegué ya estaba dirigiendo», comentó.

«Hasta ahora, en estos dos meses, lo mas importante que entendí fue que un árbitro debe estar preparado para cualquier tipo de partido. Como un método de enseñanza, nos enseñaron que cada partido diferente. También, hay ligas internas. Por ahí, hay partidos que no es importante el movimiento o el tecnicismo, esa experiencia es la que estoy sumando ahora», explicó.

Su otra profesión

Gabriel pasa siete horas diarias entrenando en un gimnasio en Rosario. «Pude conseguir un trabajo de lo que ya estaba dedicándome en Bella Vista», dijo.

Agradecimientos

«Uno no se quiere olvidar de ninguna de las personas que me acompañaron: Pato Ferreyra, con quien comencé; el Chechi Ponce, quien fue uno de mis guías en el arbitrajes; la colaboración de mis compañeros; el profe Olivieri, quien me sugirió para estar en la liga; la colaboración del señor Tini Quintana, Adrián Meza y su papá», expresó.

Además, Bertran destacó a Jorge Valenzuela, quien fue Presidente de la Asociación de Veteranos, ya que lo ayudó económicamente a terminar el ultimo año del curso de arbitraje nacional. «Es un camino largo, pero todavía falta un trecho largo», cerró.