Rincón Gourmet: gastronomía casera en el fin del mundo

Una experiencia gastronómica a puertas cerradas, pero como en casa.

Ariel Ruíz Díaz Nació en Buenos Aires hace 46 años y hace 20 años que se instaló en Ushuaia enamorado del lugar. Desde hace 11 años lleva adelante el proyecto que siempre soñó: Rincón Gourmet. Un restaurante a puertas cerradas donde la consigna es “sentirse como en casa”.

Antes de instalarse en la ciudad del fin del mundo, Ariel estudió para chef profesional en la escuela del Gato Dumas e hizo un posgrado en París. Trabajó en los cotos de pesca en Rio Grande cocinando para poco más de 10 personas en estancias. Hasta que media hora en Ushuaia, lo convenció de quedarse allí para siempre.

Una manera de vivir

Vivir en ciudades grandes no es para cualquiera, aunque muchos no puedan cambiar nunca de lugar. Pero para Ariel siempre fue un motor intentar tener un estilo de vida donde trabajar no sea sinónimo de no tener tiempo. Así fue como llegó a Ushuaia: buscando y construyendo su propio destino. “En Buenos Aires tenía tres trabajos, andaba de acá para allá”, señala Ariel.

Una vez instalado trabajó en distintos lugares: en la Casa de Té del Glaciar Martial, en un hotel, en María Lola, un local gastronómico e incluso en una agencia de turismo. El objetivo: poder construir su casa que funcionaría como restaurante.

Pero para Ariel moverse es una forma de vida: “En el medio me fui un año a Salta, para cambiar de aire y conocer otras cocinas”. Cocinas que hoy se pueden encontrar en Rincón Gourmet.

Chef y anfitrión

Ubicado en el valle de Andorra, a 4 kilómetros de la ciudad, a apenas 10 minutos en taxi, Rincón Gourmet es también la casa de Ariel. “Yo mezclo la comida con mi estilo de vida, con algo que tenemos mucho los argentinos que es ser anfitrión” afirma Ariel.

“Mi premisa fue siempre trasladar mi manera de vivir la vida a la gente, al turista. Cocinar y que la cocina ocupe el lugar central de la casa. Porque todo lo que pasa en una casa, pasa en la cocina”, señala risueño Ariel.

Rincón Gourmet recibe reservas para 15 o 20 personas, no más. Al respecto, Ariel sostiene: “Es para trabajar bien. La idea es romper con la formalidad, un restaurante en una casa. Donde el que lo desea puede acercarse a la cocina a conversar y compartir una copa de vino, donde también intento que los comensales se mezclen si es que lo desean”.

Sobre esto último, Ariel señala: “Mi idea es que se acerquen turistas, pero también la gente del lugar. Porque yo cuando viajo quiero conocer las costumbres de la gente y pienso que eso es lo que enriquece la experiencia”. En Rincón Gourmet no hay montaje, la fusión de los comensales tiene más valor.

Recuperar los sabores de la abuela

“Yo trabajo con productos locales, los que consumimos los residentes, y con los que a veces se buscan en estos lugares como la centolla. Pero busco los productos en lugares para que quienes vienen no paguen un precio excesivo por un plato de merluza o de centolla”, afirma Ariel. Quien intenta salir de las comidas típicas, recuperando los sabores y aromas de la casa de las abuelas.

En Rincón Gourmet no hay carta, Ariel lo llama “picoteo”: un menú de 7 pasos con platos con vegetales, pastas, pescado y otros productos de la Patagonia, como el mejillón. “La sopa de mejillón es uno de los platos estrellas de Rincón” afirma Ariel. En esa línea, se destacan la cebolla a la sal y la sopa de frambuesa con chocolate blanco.

En Rincón Gourmet, lo que está garantizado es la experiencia de comer rico y bien, pero sobre todo el disfrute del lugar. “Hace poco, una señora se sienta, come y me llama. Muy despacio al oído me dice: “tengo una enfermedad terminal, y lo que me propuse es estar en lugares así”, narra Ariel y concluye: “Mi desafío es que la gente quiera venir. Disfruto ese merito todos los días”.

Contenido provisto por: Federico Coguzza
Fecha de Publicación: 26 junio, 2023