Héroes. No hay muchas más palabras para describir a Ramón Pared, Juan Castro y Guillermo Robledo, los tres exaltacrucenses que participan del combate contra los incendios que están azotando a buena parte del país. Orgullo. No hay otro término que dimensione el sentimiento de la comunidad de Exaltación de la Cruz por sus bomberos.

Desde el domingo, los tres integran la delegación de la Federación de Bomberos de la provincia de Buenos Aires (FBPBA) que está conformada por 48 hombres y ya realizó labores en San Luis para ahora prestar servicios en la zona cordobesa de Achiras. 

“Es un trabajo intenso, de muchas horas e intensa demanda. Es muy duro para todos los bomberos, que pasan muchas horas frente a las llamas y por eso hemos traído un equipo multidisciplinario. Estamos preparados para esto”, resumió el comandante general Ramón Pared, director de Operaciones de la (FBPBA), que está al frente de la delegación.

Pared, experimentado en estas lides, asegura que “todavía me emociono con la respuesta de la gente en este tipo de episodios” y dice haberse conmovido por “la compañía de todo el cuartel de Los Cardales” del que es segundo jefe.

Durante estos días, la rutina ha sido muy dura desde lo físico, pero también desde lo emocional a pesar de que los vecinos de los lugares siniestrados han hecho todo lo posible para demostrar su agradecimiento hacia los bomberos. Y eso les hace los días más llevaderos.

“Es indescriptible lo que se vive acá. La gente está muy contenta con nuestro trabajo y nos lo hace saber”, apuntó Juan Castro, que forma parte del cuartel de Bomberos de Capilla del Señor, tiene 55 años y va a cumplir 40 de servicio. 

Juan, que está casado, tiene un hijo y ya es abuelo, comparte la gestión del camión de comando de operaciones con el otro bombero capillense que integra la comitiva, Guillermo Robledo. “Nosotros armamos y desarmamos todo en el camión y estamos a unos 300 metros del fuego, pero si nos convocan al frente de batalla, allá vamos”, confió Castro. Guillermo, que es el chofer del camión, también es padre y su esposa entró el lunes como aspirante a bombera.

La rudeza que dejan de manifiesto en las largas horas de pelea contra los focos ígneos se desploma al hablar de la familia. “Estamos permanentemente comunicados, nos llaman a cada rato y eso es fundamental”, coinciden nuestros héroes. Tan importante como el espíritu fraternal que impera en el grupo, lo que genera situaciones y momentos que “nos vamos a llevar para siempre”.