María Emilia Giuliani: la nicoleña que divide su pasión entre la cocina y el vino

La joven emprendedora se radicará en Salta para estudiar Viticultura y Enología. Te contamos su historia.

María Emilia Giuliani es una joven emprendedora nicoleña que pronto se instalará en la provincia de Salta para estudiar Viticultura y Enología.

En diálogo con Noticias d, nos habla de su pasión por la cocina y el vino y los grandes proyectos que tiene por delante. “Mi próximo gran proyecto es elaborar mis propios vinos”, nos comentó.

-¿Cuánto hace que te dedicás a la cocina y por qué la elegiste?

-Hace cinco años que me dedico a la cocina. La elegí un poco por accidente (si bien cocino domésticamente desde los tres años); volvía de estudiar medicina unos meses, me puse a hacer comida vegana y nunca más me fui.

-¿Cuáles son tus referentes?

-Me conmueven los cocineros que trabajan bajo un eje ambiental, revalorizando la cocina y los métodos ancestrales: Florencia Rodríguez, Guadalupe Blanco, Paula Chiaradia, Narda Lepes, Walter Leal, Saúl Lencina y seguro algunos más que me estoy olvidando.

-¿Dónde estudiaste?

-Estudié cocina en el Instituto Superior de Hotelería y Restaurateur, Sommellerie y Hotelería en el Instituto Gato Dumas, organización de eventos en CENEDI y algunos cursos extras de cocina en IATENA y de Agroecología y huerta con el equipo del INTA.

-¿Qué es lo más complicado y lo más gratificante de tu trabajo?

-Lo más gratificante de mi trabajo, es que tanto la cocina como el vino, me conectan con los tiempos de la naturaleza. Al hacer tanto foco en la calidad de la materia prima, inminentemente terminás en el campo, en otros tiempos, procesos y calidad de vida. Trabajo con uno de los hábitos de consumo capaz de revertir o frenar el cambio climático: el comer.

Lo más complicado de trabajar en la gastronomía argentina es poder hacer rentable y sostenible el negocio como empleador, para uno y sus empleados. Hay una desvalorización de los sueldos en el campo y ni hablar en los restaurantes; las jornadas son largas y es cada vez un desafío más grande formar un equipo que no rote cada tres meses.

-¿Continuás estudiando? ¿Qué estás haciendo?

-Ahora estoy por comenzar Viticultura y Enología en el Instituto de Educación Superior de Cafayate, Salta. Continúo con los eventos gastronómicos a puertas cerradas y las catas de vino.

-¿Cuál dirías que es una de tus virtudes más destacadas?

-Creo que dedicarte a algo que te genera un gusto genuino, te facilita muchas cosas. La curiosidad te mantiene en movimiento y el coraje y la decisión, te permiten materializar todo ese conocimiento. Porque en definitiva, lo más importante es hacer.

-¿Tenés una anécdota que recordás siempre?

-Tengo una anécdota muy divertida, un poco tragicómica. Estábamos organizando una boda y en un momento, a altas horas de la noche, la novia se desplomó en la pista de baile. Por suerte solo fue un bajón de presión de tanto bailar.

Agua, aire fresco y siguió bailando lo que quedó de la noche. Pero allí dimensionamos lo difícil que era levantar a una persona envuelta en tules con un vestido que pesaba 5 kilos.

-¿Cuáles considerás que han sido tus mayores logros?

-Hasta el momento, creo que a los 21 años tuve el desafío profesional más grande. Era directora de un catering de eventos y fuimos a cubrir AgroActiva, un evento agropecuario muy grande en la ciudad de Armstrong. Fueron 5 días sin dormir.

-¿Qué significa la cocina para vos?

-Siempre digo que veo la vida con ojos de cocinera. Es mi gran vehículo para casi todas las cosas que hago, inclusive aquellas que no implican cocinar; la huerta, el campo, el vino. Es un rasgo más de mi persona, mucho más que una carrera.

-¿Qué consejos le darías a la persona que quiere empezar en la cocina?

-Que no subestime el estudio pero que tampoco se olvide que la cocina es un oficio. Que hay que hacer, hacer y hacer para aprender.

-¿Cómo te afectó el contexto actual a tu trabajo y cómo te adaptaste?

-Apenas comenzó la pandemia dejé de hacer eventos. Pero enseguida emprendí el primer almacén a granel libre de plásticos en San Nicolás. Se llamó Ramos, Almacén Responsable, con modalidad online.

Al principio tenía el depósito en mi departamento porque era la época del aislamiento social fuerte. Traje materia prima agroecológica de diferentes partes del país y cocinábamos diferentes productos a base de plantas.

-¿Cómo crees que ha afectado la pandemia en la vida de las personas?

-Creo que tuvo un impacto positivo en varios ejes. Las personas pusieron como prioridad nuevamente la salud, la buena alimentación, bajamos varios cambios y nos replanteamos que ritmo de vida estábamos llevando. El gran desafío que tenemos ahora es cómo sostenerlo.

-¿Qué próximos proyectos esperás realizar en el futuro?

-Mi próximo gran proyecto es elaborar mis propios vinos.

-¿Cómo hiciste realidad tu emprendimiento y cómo surgió la idea?

-El almacén respondió a una necesidad propia primero de tener materia prima libre de agroquímicos en la ciudad. Eso fue generando interés en varias otras personas que estaban en la misma sintonía, priorizando la alimentación y el qué financiar en la industria alimenticia.

Se llevó a cabo con una pequeña espalda económica para la primera inversión, varios contactos de productores y mucho tiempo y energía.

-¿Tu emprendimiento estuvo registrado?

-Mi emprendimiento estuvo registrado desde el día uno gracias al equipo de Mónica Pecile del Departamento de Bromatología de la Municipalidad de San Nicolás.

-¿Qué opinión tenés sobre el PUPAN?

-PUPAN es una garantía de inocuidad de los alimentos, accesible y amena para los emprendedores gastronómicos.

Están predispuestos a brindarte información y herramientas para que la manipulación de los alimentos sea correcta y beneficiosa para todas las partes.

-¿Qué consejos le darías a la persona que quiere iniciar un emprendimiento?

-Que por más pequeño que sea el proyecto, arme un buen plan de negocios y marketing antes de comenzar. Evitar lo más que se pueda los márgenes de error con la prevención.

Los precios fluctúan semana a semana y sin reportes y previsión a estas cuestiones, sostenerlo en el tiempo se vuelve imposible. Y amor, alegría, conocimiento y ganas para emprender siempre; no hay secretos.

Las redes sociales de María Emilia

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Contenido provisto por: Rubén Sisterna