Javier Zannino: el maratonista soñador que puso con orgullo a Bella Vista en los ojos del mundo

El apasionado atleta conversó con Noticias d e hizo un recorrido por su historia y los mejores momentos de su trayectoria deportiva.

Javier Zannino es un ultra maratonista apasionado. Según contó, esta pasión por correr comenzó cuando era muy chico y recorría 8 kilómetros hasta la casa de sus abuelos en una zona rural de La Plata, su ciudad natal Hoy corre por las calles de Bella Vista y, en diálogo con Noticias d, repasó su historia y contó cómo llegó a la cúspide de su deporte favorito.

Su pasión por este deporte se acrecentó cuando transcurría el servicio militar: allí vio la posibilidad de competir en las olimpíadas militares. “Pude empezar a competir en carreras de 5 mil y 10 mil, que eran pocas y era difícil enterarse”, relató Zannino. Además combinaba con otros deportes como Taekwondo y el Triatlón, a través del cual compitió en La Paz, Entre Ríos, en uno de los más emblemáticos del país.

Siempre sus objetivos fueron personales: cuando superaba uno, sus marcas pasaban a ser otras y así fue probando sus límites. Eso lo llevó a competir en triatlones de mega distancia; lo logró en 2016 con el Iron Man en Cosumel en México, en Lima en 2017, en 2018 en Punta del Este y nuevamente en Cosumel. Así también compitió tres veces en el Iron Man full full de La Paz, donde fue pionero como representante de Corrientes, en una carrera que implica nadar 6 km, andar 180 km en bicicleta y avanzar 42 km corriendo. En las tres ediciones no bajó del 5 puesto en la tabla general.

Javier nos contó que lo que más lo atrapó del ultra maratón fue poder llegar a participar de la carrera más emblemática de esta disciplina: “el espartatlón”. “Empecé a averiguar los requisitos para competir. Tenía que hacer marcas en carreras de ultra maratón certificadas para que quede seleccionado a esta carrera donde muchos sueñan llegar y solo un puñado lo consigue”, recordó.

“Luego de eso corrí la maratón en Formosa, de 100 kilómetros. En el debut ya meto la marca que me servía para poder anotarme, me entusiasmé con la ultra, tenía que correr las 24 horas, que eran 180 kilómetros. La corrí en Termas, ahí hice 123 kilómetros que me dejan muy bien posicionado y en 2019 pude acceder por el sorteo”, contó Zannino y explicó que en el bolillero están todos los clasificados y «no importa quién tiene mejor marca, ya que se tiene en cuenta la cantidad de cupo del país».

Espartatlón: a los pies del rey Leonidas

En 2019 su sueño se hizo realidad. Poder estar en Grecia, donde todo comenzó a través de la leyenda de los 300: el rey Leonidas y su mensajero Filipides, quien recorrió toda la región en busca de soldados para enfrentar al ejército persa.

Todos los ojos del mundo de la ultra maratón están en esa carrera. «Fue una de las ediciones más duras», contó Zannino, a quien se le llena el corazón de orgullo al recordar. Principalmente, porque es uno de los pocos argentinos que desde 1983 llegan a los pies de la estatua del rey Leonidas. “Pasás por todo lo que te puedas imaginar, calor, frío, euforia, dolor. Fue lo máximo, es una carrera a la que me gustaría volver”, comentó.

También contó que cuando estaba llegando a la meta tenía una sensación entre lo real y lo irreal, y que se le presentaron muchos recuerdos en la cabeza durante todo el camino a Grecia, «que fue largo y duro». Además del trabajo constante en los entrenamientos, su esposa, Paula Quiroz, fue esencial para lograr este objetivo.

A este recuerdo se le suma el bicampeonato argentino de ultra maratón. Javier comentó que todo lo hace «con mucho con esfuerzo y compromiso» y que ser esparta-atleta en el mundo consigue muchos patrocinadores, pero sin la ayuda de los locales de Bella Vista y de la Municipalidad no hubiese podido llegar. Es por eso que con orgullo lleva la bandera de Corrientes y de Bella Vista a lo más alto del mundo.

Enamorado de Bella Vista y su geografía

Zannino es originario de La Plata y nunca creyó que se iba a ir de allí. Se casó con una bellavistense y siempre que podían, venían los fines de semana largos. “Me volvían loco los paisajes, el río, las barrancas, las subidas y bajadas. Le decía a mi mujer eso cada vez que veníamos”, recordó.

Estaban establecidos en La Plata, con trabajo y un gimnasio propio, pero en una charla se dieron cuenta que toda esa comodidad no estaba correspondida con la seguridad.

Por ello, durante una cena su mujer le mencionó cómo sería vivir en Bella Vista. “Le dije avisá que éstas son tus últimas clases. Nadie le creía, pero bueno, se dio. Ella vino para acá con los chicos, mientras yo seguía dando clases y trabajando en el servicio penitenciario. Cuando vendo el gimnasio y renuncio a mi trabajo vengo para acá. No fue fácil, hubo mucha gente en contra, pero son decisiones”, dijo Zannino.

Javier se describe como un soñador. Ahora tiene un gimnasio, A pulso en el club Sportiva, y comenzó con su micro emprendimiento de una tienda de artículos deportivo. Para cerrar, comentó que su objetivo en la vida siempre fue lograr metas, y que así llegó a ser parte de grupos especiales del servicio penitenciario.

Contenido provisto por: Fernando Solis Rinas
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