Romeo Pacheco contó como nació este emprendimiento que junto a su esposa Vanesa llevan adelante.
Romeo tiene 49 años y es oriundo de Salta. Por su trabajo en la industria petrolera vivió casi 10 años en Neuquén junto a su familia. Hace un tiempo comenzó a sentir interés por los grabados en madera, copas y acrílicos. Debido a esto se compró una maquina pequeña y empezó su recorrido en el mundo del diseño.
Este tipo de diseño llamado CNC (Control Numérico por Computadora), se refiere al control automatizado de maquinaria y herramientas, como taladros, herramientas de mandrinar, láseres y tornos, para generar piezas físicas a partir de archivos CAD (diseño asistido por computadora).
Con la llegada de la pandemia, Romeo decidió tomar el retiro voluntario, mudarse 1800 kilómetros y montar un taller de CNC. «Aproveche mi retiro para trabajar en algo que me gustaba. Soy un tipo curiosos y este tipo de diseño me llamó la atención y acá estamos hoy», repasó mientras diseñaba una tabla en forma de dorado para una cliente de Santa Fé.
Diseño, fotografía y emprendimiento familiar
Romeo junto a su esposa Vanesa pasan la mayoría del día en el taller. Ambos son fotógrafos y con sus familiares ocupan un local. Allí, hay tres emprendimientos que trabajan cooperativamente entre sí.
«En el mismo local funciona una fabrica de muebles, un local de artesanías y nuestro local de fotografía y diseño CNC», explicó Pacheco. Además, contó que ellos hacen grabados en adornos, cajas y muebles que se venden en los otros locales.
Por otro lado, marcó que se dificulta que ellos no tienen su local de frente a la calle. «Es una dificultad porque estamos parece como escondidos acá, pero gracias a las redes la gente conoce nuestro trabajo y tenemos pedidos de varios lugares del país», dijo.
Vectorización: de la imagen al material
«El proceso se llama vectorización y se trata que a través de la computadora se envíe la imagen para que las maquinas trabajen el material», comentó.
Los diseños que le solicitan son a elección del cliente. Cuando mas detalles tenga, la maquina calcula un tiempo de trabajo mayor y el costo del producto final aumenta. Como anécdota final, Romeo recordó que en pleno boom de los carpinchos en Nordelta recibieron pedidos de los animales para unos llaveros desde Buenos Aires.