El paso del tiempo no perdona. Es curioso como lugares que por alguna u otra razón fueron históricos, se convierten con los años en algo totalmente diferente.

Un pastor evangelista les dice a sus fieles algunos versos sacados de la biblia. Levanta la voz. Es un líder y lo sabe. Todo lo que él diga le llega a cada una de las personas que se levantan por momentos y se vuelven a sentar. Hay guitarras y a veces, un teclado. Cantan. Todo lo hacen como si lo estuviesen ensayado, pero no es así. O tal vez sí, solo que no se juntan salvo para ese momento. Podría parecer un recital, pero no lo es. Es una reunión evangelista en una iglesia ubicada sobre Cayetano Silva, en el barrio Centro Empleados de Comercio en Godoy Cruz.

La iglesia se ubica en lo que hace décadas atrás el cine del barrio. Igual que pasó con otras salas, una vez que perdieron concurrencia fueron cerrando. Esto fue aprovechado por diversas iglesias evangelistas que vieron la posibilidad de comprar o alquilar esos lugares y transformarlos en centros de reunión, pero no siempre fue así.

Hace 35 años, tres jóvenes con raros peinados nuevos se subían al escenario. No eran pastores, pero tenían sus seguidores. Los primeros de los que luego serían miles y hasta millones.

Era la segunda vez que tocaban en Mendoza. La primera había sido una noche anterior en un lugar llamado, irónicamente, Al Diablo.

Ellos se llamaban Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti: Soda Stereo. La cita fue un 7 de septiembre de 1985. Esa noche, justo a las 22 hs., Soda Stereo abrió su recital.

«Tuvieron que arrancar tres veces, porque a medida que iban tocando, la gente no dejaba de llegar, sobre todo con gente que vivía en la zona», recordó Sergio Muñoz, un vecino de varias décadas al diario Los Andes hace un tiempo atrás.

Esa noche fueron unas 400 personas a escuchar a esa banda que abría con Sobredosis de TV, uno de sus primeros e históricos éxitos.

Tres veces la tuvieron que tocar. Eran otros tiempos. Años después nadie se atrevería a llegar tarde a un recital de Soda Stereo.

Hoy, en ese lugar, además de la iglesia evangelista funciona un centro comercial. Ya lo hacía en aquel momento, pero los años también lo castigaron. En aquella época era más concurrido pero los centros comerciales también provocaron su daño en la zona.

Tal vez por eso mismo, hay rincones que parecen haberse quedado también en 1985, como el viejo cartel de un videoclub. También por lo mismo, cuando uno pasa por la zona parece escuchar a un Cerati muy joven cantando “Estoy desesperado, soy tan vulnerable a su amor”.

Esa fue una de las últimas veces que Soda se presentaría ante unos cientos de personas. Con los años volvería a Mendoza y llenaría estadios e incluso, alguna vez, con incidentes con la Policía en Andes Talleres, pero esa es otra historia.