Los cachorros de perros pasan por un período llamado oral. Al igual que los humanos, durante este tiempo, todo lo que encuentren lo llevan a la boca. Es una manera de descubrir el entorno. Robar alimento es una de las situaciones que se dan durante esta época, pero es muy importante corregirlo.

Los perros necesitan desarrollar sus instintos. Si están encerrados, es probable que necesiten desahogar su energía de alguna forma, y una de ella es cazar la comida del dueño.

¿Qué hacemos entonces para corregir esta actitud? La mejor opción es la educación. Desde cachorro, el perro debe entender que no es él quien manda, sino el humano.

A esto debe sumarse actividades para que gasten energía, al menos dos o tres veces al día. El paseo corto no basta, será necesario jugar y prestar atención a él.

La tercera opción es acostumbrarlo a horarios de comidas y respetarlos. Siempre en el mismo plato y mismo lugar. El perro no debe sentir hambre. Según la raza, la cantidad de veces al día que deberán alimentarlo. Cada dueño debe conocer las necesidades y gustos de su perro.

Un punto fundamental es no darle la comida de nuestra mesa durante el almuerzo o cena.

¿Y si mi perro ya es adulto?

Si bien es más difícil corregir esta actitud cuando el perro ya es adulto, existen algunos “trucos” eficaces.

Uno de ellos consiste en hacer ejercicios de obediencia frente al plato de la comida. El perro sólo podrá comer cuando el humano de la orden.

Otro método es dar al animal objetos personales que podrá mordisquear a su gusto, como el hueso o algún chiche que no le haga mal.