La obra de la primera escuela en el barrio 272 viviendas avanza en tiempo y forma

Trabajadores de la construcción comparten su alegría por poder ser parte de la obra. Distintas historias de vida que se encontraron en un mismo lugar y generan lazos de amistad y compañerismo.

Apenas comienzan a asomarse los primeros rayos de sol suena el despertador de Rubén, es lunes y hay que volver al trabajo. Se toma unos mates con su compañera, se sube a su moto, hoy no hace tanto frío como para ir en auto, y se dirige al barrio 272 viviendas. Saluda a sus compañeros de trabajo, se preguntan por el fin de semana, mientras se colocan los cascos amarillos, y comienzan a llenar las columnas de concreto de lo que será la primera escuela en el barrio.

Él hace 15 años vive en la Villa de Merlo y se dedica a la construcción hace un tiempo. Cuando se enteró de la obra que llevaría adelante el Gobierno de la provincia en el barrio quiso sumarse al proyecto. “Cuando pude ingresar a la obra me puse muy contento”, cuenta mientras corta para almorzar con sus compañeros, “Durante la pandemia el tema del trabajo fue muy complicado. Pero gracias a Dios se empezaron a hacer un poco de obras, obras públicas y ya con eso podemos ir saliendo adelante”, dice.

Diego trabaja con Rubén, durante la semana para en una hostería de Santa Rosa del Conlara junto a otros compañeros. El fin de semana vuelve a su casa donde lo espera su mujer y sus hijos de 5, 7 y 13 años, quienes están orgullosos de que su papá esté construyendo una escuela: “El primer día que llegué de trabajar, mi hijo más chico me preguntó qué estaba haciendo y le conté que estaba construyendo una escuela y me pidió que le mostrara fotos, así que mis compañeros me pasan videos y yo se los mando para que los vea. Está chocho, muy contento, felíz”, cuenta con emoción.

Fuente: Gobierno de San Luis