Magda Ayala: «El vecino de Barranqueras ve que desde el municipio hay una fuerte dinámica que se mantiene activa»

La intendenta de la ciudad chaqueña explicó cómo lograron lidiar con la pandemia, al tiempo que contó cuáles son los grandes objetivos de cara al 2021 y sus deseos y aspiraciones personales.

La ciudad de Barranqueras nació alrededor del puerto, que fue central y estratégico en épocas fundacionales. Magda Ayala es una de las 13 intendentas que se reparten en los 70 municipios chaqueños y llegó a liderar la gestión de Barranqueras con la intención de darle al puerto la gloria del pasado. Sin embargo, en su primer año de mandato, el Covid cambió los planes.

En Barranqueras, hay 69 casos activos, sobre un total de 1.474 contagiados y 40 fallecidos desde que se inició la pandemia del coronavirus. La cifra de contagios es baja, si se tiene en cuenta que se trata de la tercera ciudad más poblada de Chaco, con unos 60 mil habitantes.

«La pandemia llegó muy rápido, nadie estaba preparado ni contaba con las herramientas adecuadas respecto a qué era lo que había que hacer. Era cuestión de ir aprendiendo día a día y doy fe de que tomamos las intervenciones correctas«, aseguró la intendenta Magda Ayala en diálogo con Noticias d.

El municipio trabaja en la concientización y brinda las herramientas necesarias para cumplir con los protocolos como barbijos, camisolines, alcohol en gel, etc. Además, realiza hisopados a domicilio y, en los casos positivos, asegura un seguimiento periódico, brinda medicamentos y hasta apoyo psicológico para quienes lo requieran.

Ayala está políticamente alineada al gobernador Jorge Capitanich, con quien trabajó en conjunto para paliar la pandemia. «Siempre digo que el Estado tanto Provincial como Municipal debe acompañar con todas las herramientas y el vecino las tiene que adquirir de la mejor manera y entender que hoy ya es una responsabilidad individual», puntualizó.

«Seguiremos trabajando de esta manera porque lamentablemente el virus está y va a seguir estando. Más allá de la llegada de la vacuna, seguimos activos acompañando a cada uno de los vecinos», apuntó Ayala.

El desafío de la conectividad y las obras en pandemia

Las clases virtuales fueron un desafío para Barranqueras. El Estado brindó computadoras y demás herramientas para que los chicos puedan tener internet, mientras que la municipalidad dispuso recursos para asegurar conectividad en las plazas, con el fin de contener a los alumnos que no tienen acceso a internet, cumpliendo con el distanciamiento correspondiente.

En la ciudad, las autoridades relevaron que solo el 35% paga impuestos. Durante la pandemia, el municipio eximió de tasas a los comerciantes declarados no esenciales y brindó ayuda en las prestaciones de declaraciones juradas. «Trabajamos conjuntamente con todos los comerciantes a quienes debemos agradecerles por el apoyo y acompañamiento. Supieron entender y respetar con todos los protocolos», reconoció la intendenta.

De la coparticipación se destina el 70% a salarios y el resto para servicios básicos, que desde el municipio aseguraron que estaban en una situación de oscuridad y abandono. Ayala subrayó que la pandemia obligó a frenar muchos proyectos, pero aun así lograron llevar a cabo distintas obras como la iluminación de la Avenida 9 de Julio.

Una de las obras más importantes que encaró la gestión de Ayala es la inauguración de la Calle Pasteur, que significa cumplir con un reclamo histórico de los ciudadanos. Se trata de la pavimentación de 50 cuadras. «El pavimento genera mucho para los vecinos. Las caras de felicidad es algo que te llena, algo que estuvo estancado durante mucho tiempo y que cuando asumimos comenzamos a trabajar. Es una mejor calidad de vida que le podemos dar al vecino», remarcó Ayala.

Otra obra de relevancia fue el Paseo Urbano Sur, pronta a inaugurarse durante el mes de enero. El espacio físico estaba abandonado y había sido tomado por 30 familias, de las cuales 3 no tenían donde vivir, según relevó el municipio. Estas últimas fueron reubicadas, mientras que las demás fueron desalojadas. Al respecto, Ayala apuntó: «El municipio tiene las puertas abiertas. Tenemos todos los equipos a disposición del vecino para poder trabajar e intervenir de la mejor manera, pero de ninguna manera abalamos lo que son las subocupaciones. Era un espacio que los vecinos pedían mucho que se recupere». Hoy, ese lugar se transformó en un paseo con juegos de plaza integral, canchas para la práctica deportiva, un gran espacio verde y una pequeña laguna artificial.

«Otra obra que nos propusimos para 2021 es embellecer la Avenida Eva Perón, para que los comerciantes sigan allí y, que cuando el vecino quiera ir al Centro, tenga la posibilidad de hacerlo dentro de nuestra localidad y no tenga que ir a Resistencia», concluyó Ayala.

Los objetivos

Una de las promesas de campaña más importantes fue la regularización de los empleados públicos. Se regularizaron a 320 trabajadores, entre junio y diciembre, con el objetivo de continuar en 2021. «Nos parece importante destacar a los trabajadores que salen todos los días a hacer sus respectivas actividades esenciales, para que nuestra ciudad se encuentre en buen estado, limpia y ordenada. Realizan día a día un gran trabajo, con compromiso y responsabilidad», indicó Ayala.

La intendenta es optimista con respecto al futuro porque entiende que «hoy el vecino ve que desde el municipio hay una fuerte dinámica que se mantiene activa«, al tiempo que «hay muchas ganas y buena predisposición por parte del vecino». Para Ayala, la diferencia con gestiones anteriores radica en que «antes, no se armaba un programa de cómo ayudar a la gente ni se trataba de una ayuda mutua, no se incluía al ciudadano«, mientras que «hoy, trabajamos mucho en el acompañamiento al vecino y también en que ellos nos acompañen, lo cual consideramos fundamental«.

La maternidad y la militancia

Magda Ayala nació y se crio en El Palmar, un pueblo que se encuentra a 70 kilómetros de Barranqueras. Allí, vive junto a su familia. Comenzó a participar en política en el Centro de Gestión, donde hacía trámites para los vecinos. Luego, fue concejal, para después saltar a la intendencia en 2019.

La intendenta recordó: «Vengo de una familia militante y conté con un apoyo importante de mis compañeros de militancia y de los vecinos, quienes pedían que debía asumir una mujer fuerte, con ganas de trabajar».

En ese sentido, apuntó: «Me encanta lo que tiene que ver con el terreno. Me gusta mucho estar con el vecino, las familias. Mi corazón abarca mucho más que nuestra localidad. Siempre que pueda ayudar a quienes lo requieran, estoy bien predispuesta. Soy muy solidaria y mi mayor satisfacción es siempre contar con las herramientas para poder ayudar a toda persona que lo necesite, sean vecinos o no».

Ayala tiene una hija de 9 años, «que me acompaña desde muy pequeña y que hoy es mi fotógrafa personal», bromeó y agregó: «En mi tiempo libre, me gusta compartir con mi familia y mis amigos, que me llenan de amor y me acompañan muchísimo».